El trastorno bipolar es una enfermedad psiquiátrica que se estima afecta al 2% de la población chilena mayor de 20 años. Sin embargo, si se consideran además otras enfermedades del espectro bipolar, los afectados serían unas 660 mil personas, el 5% de la población adulta.

Pedro Retamal, académico de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la U. de Chile dice que si se cuenta solo a quienes sufren el trastorno bipolar tipo 1 (personas que alternan periodos depresivos y maniacos), estos son el 1%, pero a ellos se deben sumar quienes no han sido diagnosticados, los que están siendo evaluados, los que han sido diagnosticados con enfermedad bipolar tipo 2, tipo 3, ciclotimia y otros casos que han sido clasificados con depresión pero que son trastornos bipolares.

Hoy que se conmemora el Día Mundial de esta enfermedad, el especialista señala que en el origen de esta enfermedad se reconocen algunos factores genéticos que incrementan el riesgo, pero también hay factores ambientales (situaciones traumáticas, influencia de las estaciones del año y drogas).

Agrega que aunque aparece en forma evidente entre los 15 y 20 años, momento en que se diagnostica, hay signos que harían sospechar su presencia antes. "Cada vez hay más datos que indican que los casos comienzan antes, pero con manifestaciones atenuadas, poco precisas. Se asocia con alteraciones de conducta y depresión en la niñez o adolescencia, impulsividad. Si a eso se suma historia familiar de ciclotimia o trastorno bipolar, se puede sospechar pero tratar en ese momento es arriesgado", dice.

El tratamiento, junto con los fármacos, incluye psicoterapia y psicoeducación para el paciente y su familia. Bien tratada, la enfermedad se puede controlar y quien la sufre, llevar una vida normal.

Biobanco

En la U. de Los Andes, investigadores trabajan en la formación de un biobanco con muestras biológicas de pacientes con la enfermedad.

Miguel Prieto, psiquiatra especialista en trastornos del ánimo de Clínica U. de los Andes y profesor asistente de esta misma universidad está a cargo de este proyecto que también incluye a la Clínica Mayo.

A la fecha han reunido más de 2.000 muestras, 50 de ellas de pacientes chilenos de las cuales al menos una decena se encuentran congeladas a menos de 80 °C en el laboratorio de la universidad. "Cuando queremos hacer investigación tenemos que llamar a pacientes para cada estudio. Al tener un biobanco, las muestras se guardan y podemos utilizarlas varias veces y para diferentes estudios", dice.

El objetivo es buscar marcadores relacionados con la enfermedad en pacientes con depresión y buscar factores genéticos que permitan saber si ante determinado medicamento un paciente responderá bien o tendrá efectos colaterales, explica Prieto. A la fecha se conocen varios marcadores relacionados con la enfermedad pero en la medida que avance la tecnología seguro se encontrarán más y para cuando eso ocurra, las muestras del biobanco todavía podrán ser usadas.

Los investigadores invitan a pacientes diagnosticados a participar del estudio.