Un empujón a Busquets y el árbitro Munuera Montero pitó penal para el Barcelona. El marcador se inclinaba por 5 goles a 1 para el Barcelona frente a Osasuna, que en casa celebraba con una bandera gigante los 500 goles que Lionel Messi ha anotado por los catalanes, cumplidos el derbi pasado. Con el astro en el banco, fue Rakitic quien tomó el balón para patear desde los 12 pasos.
Pero Piqué y Busquets le avisaron al suizo que era el momento para que Javier Mascherano se estrenara en las redes. Rakitic no se hizo problemas y cumplió un anhelo que el argentino tuvo desde su llegada al Camp Nou, seis temporadas después de su debut con el club catalán, 319 partidos más tarde.
Fue precisamente en casa donde el Jefecito anotó su primer gol por los blaugranas. Lo hizo a los 67 minutos, cuando el marcador se inclinaba por 5-1 a su favor. Pateó el penal directo al centro, fuerte, para vencer al portero Salvatore Sirigu, y celebrar uno de los pocos goles de su carrera con una sonrisa imborrable.
Antes, Messi (12' y 61'), André Gomes (30' y 57') y Paco Alcácer (64'; luego a los 86'), habían anotado, pero el 6-1 fue sin duda el gol que más se celebró. En el banquillo, sus compañeros bromearon antes que el argentino lo pateara y celebraron a rabiar luego, tras su conquista.
Este 7-1 no será recordado por la abultada victoria ni por lo bien proyectado que queda al club en la liga. La anecdótica hazaña del argentino fue el motivo de todos los aplausos.