Decenas de miles de militares y de civiles norcoreanos desfilaron en el centro de Pyongyang el viernes en una demostración  de apoyo masivo a un eventual ataque militar contra Estados Unidos.

La manifestación se llevó a cabo en la plaza Kim Il Sung y reunió a  soldados, ex combatientes, trabajadores y estudiantes. Kim Jong Un, el líder de Corea del Norte, no estaba presente. La televisión nacional informó que la manifestación era en apoyo a la decisión del ejército norcoreano tomada el martes, y ratificada por Jong-un el viernes, de ordenar preparativos en vistas de ataques con misiles hacia Estados Unidos continental y las bases estadounidenses del Pacífico, en respuesta a los vuelos de entrenamiento de bombarderos B-2 sobre la península de las Coreas.

"La declaración era el ultimátum del ejército coreano contra los imperialistas estadounidenses", declaró un portavoz al comienzo de la  manifestación.

Bajo los retratos gigantes del padre de Kim Jong Un, Kim Jong Il, y de su  abuelo Kim Il Sung, los civiles y los soldados alineados juraron obediencia al  actual dirigente.

"¡Saquemos las armas y las bombas por nuestro respetado líder Kim  Jong Un!", gritaron con el puño en alto.