El 17 de agosto, un día antes de la llegada a Madrid del Papa Benedicto XVI, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, las asociaciones laicas españolas, marcharán por el centro de la capital en protesta por el uso de dineros públicos en la realización de la cita.
Los peregrinos y miles de jóvenes convocados para el encuentro religioso, deberán compartir las calles con los manifestantes, que pasarán por la emblemática Puerta del Sol, bajo el lema "De mis impuestos, al Papa cero".
Francisco Delgado, uno de los voceros de los grupos laicos manifestó "todo el respeto" hacia los jóvenes católicos que vienen a Madrid para ver al Papa, y les deseó que "se lo pasen bien", pero criticó el "boato (pompa) institucional" y el costo "excesivo y desproporcionado" de la visita papal que su asociación cifra en unos 100 millones de euros.
Esta cifra incluye los ingresos que las arcas públicas dejarán de percibir por las exenciones tributarias y rebajas importantes en los precios de los servicios públicos que se han concedido a los participantes.
En tanto, los Miembros del Observatorio de la Laicidad (Europa Laica), con sede en Granada, entregaron a la Subdelegación del gobierno de esta ciudad más de 65.000 firmas procedentes de toda España contra la visita de Benedicto XVI,
Los organizadores de la visita papal argumentan, por su parte, que el evento no tendrá ningún costo para el erario público y que traerá, en cambio, beneficios por los millones de visitantes que llegarán.
VATICANO
A su vez, el Vaticano "no está preocupado", ni siente sorpresa por las posibles manifestaciones contra el Papa en Madrid, ya que "en un país democrático la gente debe opinar libremente".
Así lo afirmó el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, que afirmó que siempre que hay una viaje del papa hay "manifestaciones de los que tienen una opinión diferente". "Así lo hemos visto en Inglaterra y Malta", añadió, y se mostró convencido de la que la acogida del Obispo de Roma en Madrid "será óptima".
Lombardi aseguró que Benedicto XVI no va a hablar sobre la situación española específica durante su viaje a Madrid, ya que se trata de un acontecimiento internacional en el que España hace el papel de anfitrión. Lombardi recordó que se trata del vigésimo viaje mundial de Benedicto XVI, el decimocuarto a Europa y el tercero a España, después de Valencia en 2006 y a Santiago de Compostela y Barcelona en 2009.