Es un apretón de manos tibio, sin abrazo, con ojos caídos y una simple palmada en la espalda. Son Fernando González y Nicolás Massú, divididos físicamente sólo por una malla en Nueva York, aunque separados en lo más íntimo por diferencias de opinión entre los dos tenistas chilenos más exitosos de esta década.
 
En los años en que Marcelo Ríos ya descollaba, en silencio nacían dos jugadores que presagiaban éxito. Eran los tiempos en que Massú ganaba el Orange Bowl y González lograba la corona juvenil en Roland Garros. La amistad, el tiempo y la sana rivalidad unirían a ellos y a sus propias familias, como también las victorias en el Mundial de Düsseldorf y las tres medallas en los Olímpicos de Atenas 2004. Otros tiempos...

Esa gran relación, sin embargo, se fue enfriando, al mismo ritmo de que sus carreras siguieron caminos distintos, con el "Bombardero" manteniendo nivel de top ten y con el "Vampiro" bajando en el ranking, lo que significó que ya no se vieran tanto y, por consiguiente, se terminara el buen dúo que armaban en los torneos de dobles.

Un año de cambios

La última vez que se les vio celebrando juntos sería hace poco menos de un año, en el duelo por Copa Davis ante Australia, en Antofagasta. Ya para la siguiente confrontación, contra Croacia, en Porec, todo sería muy distinto, luego de que González se ausentara por lesión y Massú tomara el mando ante su ausencia. Fue una dura paliza, por 5-0...

Dentro del equipo, muchos creyeron que la raqueta número uno del país pudo haber hecho un esfuerzo, y se lo hicieron saber. Trataron de disuadirlo a última hora, pero el de La Reina explicó que no estaba para cinco sets, tal como explicó su médico, Alejandro Orizola.

El distanciamiento vendría poco después, con una carta pública donde González pedía la salida del directorio de la Federación de Tenis de Chile como condición para seguir jugando por el país. "Massú nunca aceptó que su amigo no le avisara antes sobre lo que iba a hacer", comenta una fuente.

"El que renunció fue Fernando, nadie lo echó", dijo Manuel Massú, padre del viñamarino, evitando dar detalles. El distanciamiento entre ambas familias se hizo evidente, luego de que los Massú no quisieran seguir adelante una acción judicial contra el organismo, demanda que propiciaba con fuerza el padre homónimo del "Bombardero".

La relación se limitó a la mensajería electrónica y en Roland Garros nunca se acercaron a conversar. De acuerdo con cercanos a los tenistas, entre ellos sigue una conversación pendiente, más por parte de Massú que de González.