Matemático chileno revela cómo se hacen los espectaculares trucos de malabarismo
Según académico, que debió aprender a realizar malabares para demostrar su tesis, en ellos no solo hay destreza, sino que también las matemáticas tienen un rol relevante en el éxito o fracaso del truco.
Lianggi Espinoza, académico del Instituto de Matemática de la Universidad de Valparaíso y doctor en Matemática Educativa, realizó su proyecto de tesis doctoral enfocándose en cómo las matemáticas viven en distintas disciplinas, incluso en el arte. "La idea de estudiar el malabarismo es porque está presente en todas las culturas y es una disciplina artística muy arraigada en las personas. El objetivo era mostrar cómo las matemáticas viven ahí", sostiene.
Tal como explica el doctor Espinoza, los malabaristas crearon el sistema de numeración transposicional, donde a través de patrones numéricos se codifican las secuencias de los lanzamientos, pero además permite producir nuevos trucos y también saber previamente si el nuevo reto es ejecutable o no. "Importantes compañías circenses internacionales junto a las más tradicionales escuelas de malabarismo del mundo utilizan métodos matemáticos para desarrollar y potenciar su "proceso creativo", asegura el académico.
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El matemático Espinoza debió aprender malabarismo para desarrollar el estudio.[/caption]
El doctor Espinoza explica que para ejecutar un malabarismo, al lanzar las bolas, por ejemplo de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha o viceversa, se va construyendo como un "guión poético", donde se describe la secuencia de los lanzamientos.
¿Cómo funciona? Sería algo así: La idea consiste en registrar la acción de cada mano en una secuencia temporal (izquierda, derecha, izquierda, derecha…) Los números pares aparecen cuando la bola se recoge con la misma mano con la que es lanzada (vertical). Si es impar cambiará de mano (horizontal). Los lanzamientos tienen que ver con el tiempo que pasa volando la bola, y por tanto con la altura o distancia que alcanza con el lanzamiento, es decir el 4 estará a más altura que el 2, pero más abajo que el 6. Ahora el cero representa una mano sin bola.
Eso sí, se debe aclarar que los trucos habitualmente son secuencias cortas, pero que se repiten, como por ejemplo 333 o 441.
Con ejemplos: Para saber si la secuencia 441 es "malabareable", se deben sumar cada uno de los lanzamientos 4+4+1=9, luego se divide por la cantidad de lanzamientos, en este caso son 3. Si el resultado es un número entero, el truco sirve y se puede ejecutar, en este caso, con tres bolas (o con el número que resulte de la división anterior). Por el contrario, en la secuencia 271, el ejercicio a realizar seria 2+7+1=10 /3= 3,333. Como no da número entero, esta secuencia no sería ejecutable.
"Eso es en un sentido bastante llano, pero es una teoría bastante compleja. Yo estuve dos años estudiándola y cada día los malabaristas están creando nuevas cosas", aclara Lianggi Espinoza, quien reconoció que para realizar esta investigación tuvo que aprender a hacer malabares.
Agrega que todos los malabaristas tienen su arte y muchos de ellos están ligados a la Ciencia. "Justamente malabaristas ligados a la ciencia son los que han desarrollado este modelo, pero también hay malabaristas no científicos, que también han desarrollado otros sistemas. La gracia está allí, que un malabarista también vive la matemática desde lo que él hace".
"Lo que más me sorprendió es esta investigación, que realicé en México, fue que muchos de los niños y jóvenes con los que compartí y me ayudaron en mi estudio no estaban en la escuela. A veces se piensa que los jóvenes que no asisten a la escuela han dejado de aprender, pero cuando uno estudia las matemáticas con las que ellos interactúan, las de malabarismo, son conceptualmente mucho más complejas que las matemáticas escolares. Entonces estar fuera de la escuela no significa dejar de aprender, porque aprender es parte de la vida y las matemáticas son parte de la vida", sentenció.
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