Matías Domínguez estaba nervioso. Quedaban pocos minutos para que hiciera su primer tiro en el Masters de Augusta 2015. A su lado, el argentino Ángel Cabrera y el sudafricano Louis Oosthuizen. El sorteo había deparado que el único golfista amateur chileno de la historia presente en un torneo grande hasta ese entonces, compartiría las dos primeras vueltas a las 7.435 yardas de la cancha del Augusta National con dos ex campeones de major. Cuando los presentaron, ambos recibieron una gran ovación de parte del público que observaba con detención la salida del hoyo 1.
Llegaba el turno del chileno y los nervios aumentaban. "Cuando me presentaron, los aplausos y gritos del público hacia mí fueron el triple más fuerte", cuenta. Puso tiritando la pelota en el tee. Silencio. Sentía que su corazón se le salía por la boca. El tiro más significativo de su carrera. Ese momento le había quitado el sueño y no quería decepcionar. Tomó aire e hizo su ritual previo. Drive perfecto y pelota en el fairway. Lo más difícil había pasado.
Pasaron dos años desde ese histórico momento y la vida de Domínguez ha cambiado. Hoy se dedica al mundo laboral y está ganando experiencia en el ambiente vitivinícola, específicamente, en Tonelería Nacional, una empresa fabricante de barricas. Confiesa estar contento recuperando el tiempo con su familia y amigos, algo que el ritmo del golf competitivo no le permitía tener: "Me encanta mi vida fuera de la pega. Hago mucho deporte y comparto mucho con la gente que quiero. Tengo una calidad de vida que el golf me privó de hacer durante toda mi juventud".
Una semana imperdible
El jueves comienza la competencia oficial de uno de los torneos más prestigiosos del mundo, y Domínguez no piensa en perderse un minuto de su cobertura. "Estos días son sagrados para los golfistas. Se nos adelanta la Semana Santa. Estaré muy pendiente. Sobre todo por Toto", cuenta Domínguez, quien confiesa llevarse muy bien con Tomás Gana, el golfista chileno de 19 años que volvió a poner a Chile en el major. "Cuando supe que iría, lo encontré increíble. Tener a alguien con quien compartir experiencias es genial. El golf chileno va agarrando vuelo", agrega.
Domínguez dice estar ciento por ciento disponible para lo que necesite: "Hemos chateado bastante. Me pregunta por aspectos técnicos de la cancha o estrategias de juego. Yo también le doy tips sobre qué hacer y qué no en el club, ya que está lleno de reglas. Por ejemplo, al comedor hay que ir de terno y corbata a cenar. Son muy estrictos. También le sugerí que se inscribiera temprano en los turnos del Campeonato de Par 3 para que se asegure practicar con algún genio del golf". Y así será, Gana jugará mañana acompañado de los célebres Fred Couples (campeón del Masters en 1992) y Steve Stricker (ex top 3 del PGA). Ayer, el chileno entrenó con el argentino Emiliano Grillo y hoy debería hacerlo con Rory McIlroy.
"Es de las personas que he conocido que más aman el golf. Se le nota su actitud, pasión y enfoque". Domínguez sólo tiene elogios para Gana y desea que le vaya bien. No sólo en Augusta, sino que en el resto de su prometedora carrera. Quién mejor que él para entregarle las claves de cara a tamaña experiencia. "Su juego se complementa mucho con la cancha de Augusta. No pega largo, pero juega mucho al fairway, es regular y su juego de aproach y putt es increíble. Herramientas cruciales en esta cancha", analiza.
Las claves
Quien ya conoce la cancha de Georgia, estima que son tres aspectos que Gana tiene que considerar para conseguir, en todo sentido, el éxito en el evento estadounidense. Lo primero, controlar las emociones: "Le va a costar bajar las pulsaciones con tanta parafernalia. Es algo demasiado difícil de controlar. Los jugadores del Masters llevan una actitud muy pasiva. Se notan sus niveles de concentración durante el torneo, algo muy significante para anotar un buen score. Tiene el juego para destacar, sin embargo, en estas instancias, en un Masters, prima lo mental. Si lo logra, le irá mejor que a mí".
Segundo, tomar nota: "Está recién empezando su carrera. Es el momento ideal para que observe todo a su alrededor y que saque los mejores aprendizajes. Que mire y converse con las grandes figuras del PGA. Que se fije en sus actitudes, sus expresiones corporales, sus métodos de entrenamiento. Una experiencia más vívida no tendrá".
Por último, y no menos importante, que disfrute con quienes lo van a acompañar: "Que comparta con su familia y sus amigos que lo irán a ver. Yo algunas veces estuve muy metido en que había que entrenar o pensaba todo el día en la competencia y desatendía a mi entorno. Compartir ahí con ellos es muy especial".
Fue la semana más inolvidable en su vida y espera que signifique lo mismo para su amigo. La experiencia pesó en Domínguez para decidir dedicarse al golf de forma profesional, sin embargo no fue suficiente. "El resto te incita a dedicarte si tienes habilidades, pero hay que tener coraje para decidir lo que uno quiere por sobre lo que la gente espera de ti", afirma.
De todas formas, tiene ganas de representar nuevamente a Chile. "Quizás más adelante me vea compitiendo, por qué no, en un major", cierra Domínguez.