Matías Donoso vivió una tarde de esas que no se olvidan. Si en un partido se necesitaba un líder dentro de la cancha, era en el de ayer. La trascendencia del compromiso (el que ganaba quedaba como único puntero del torneo y con la primera opción de quedarse con la corona a cuatro fechas del final de la competencia), así lo ameritaba.
Cobresal se replegó de buena manera. Y su apuesta, como en la mayoría de los partidos de este semestre, le resultó a la perfección. Por eso mismo, el trabajo de Donoso tiene doble mérito.
El juego se desarrolló, de manera casi íntegra, en terreno nortino. Bien resguardados, la defensa de los de la Región de Atacama fue la principal protagonista. ¿Donoso? Estacionado en terreno albo, con poco, casi nulo, contacto con la pelota. Sin embargo, siempre fue el primer defensor. Presionó incansablemente la salida colocolina y fue el más voluntarioso de su escuadra. No tuvo problemas en echarse atrás o salir hacia los costados. En cualquier zona fue un problema sin solución para el bloque defensivo albo.
Además, coronó su buena jornada con un golazo. Recién se iniciaba el segundo tiempo cuando un grosero e infantil error de Claudio Maldonado le permitió quedar con la pelota dominada, sin marca y con el arco de frente. Su remate fue imposible para Paulo Garcés, quien sólo atinó a mirar cómo entraba la pelota. Gol, tres puntos y la ilusión de un equipo y un pueblo que, durante los últimos días, se vio fuertemente golpeado. Por eso, Donoso, humilde, dijo: "Yo hice mi trabajo. Estamos ilusionados y vamos a ir paso a paso. Lo mejor es que esto sirve para dar un poco de alegría a toda mi gente linda del norte. ¿La figura? Nada. Hicimos un buen trabajo en equipo.