A tres meses de terminar su mandato como presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), Matko Koljatic afirma que es necesario realizar cambios al sistema de acreditación. Durante su mandato se registró una crisis de credibilidad del organismo luego de que Luis Eugenio Díaz, ex presidente subrogante, fuera indagado por supuestas irregularidades para entregar acreditaciones.
De esto ha pasado más de un año y el presidente a cargo del sistema de acreditación de instituciones de educación superior explica que si bien el sistema ha estado muy desregulado, "hay que corregirlo y hacerlo más exigente". Una de las formas fue presentar hace unos días un total de 12 criterios que deberán pasar los recintos para acreditar sus carreras de pregrado.
¿Ustedes sabían que la U. Arcis se había restado de ser acreditada tras los problemas económicos que declara tener?
Hasta ayer no teníamos ninguna información sobre ellos de forma oficial. Les hemos hecho varias peticiones de información y no nos han respondido. Por la prensa nos hemos enterado de que han tomado la decisión de no seguir y eso significa que a mediados de noviembre se quedan sin acreditación, lo que significa que sus alumnos nuevos no podrán acceder ni a becas ni créditos del Estado.
¿Qué le parece la situación del plantel tras los cuestionamientos y cierre de la U. del Mar?
Creo que lo ocurrido en la U. Arcis es un síntoma más de las falencias que tiene el sistema. Si bien creo que Chile tiene un buen sistema de educación superior, ya que hay varias universidades destacadas en ranking mundial, hay otro grupo que está en niveles muy bajos de calidad. Hay una gran dispersión del sistema.
A su juicio, ¿a qué se debe esto?
Es el resultado de una falta de visión integral del sistema de educación, desde el punto de vista legislativo. Por ejemplo, todavía no tenemos una definición de qué cosa es un instituto profesional o una CFT. Por ejemplo, tenemos varias universidades que ofrecen carreras técnicas, ¿tiene sentido esto? No lo sé, pero pasa.
¿Mucha desregulación, a su juicio?
Claro, y es una opinión generalizada. Se produjeron un montón de virtudes gracias a la libertad de emprender e invertir en proyectos educativos, pero, ahora, necesitamos ordenar la casa.
¿Cómo se puede corregir el sistema?
Creo que tiene que haber consecuencia para aquellas instituciones que resulten no acreditadas en el proceso de dos o cuatro años. De no lograrlo, debería perder la autonomía y eso significa que debería quedar bajo la supervisión de otro organismo.
¿Qué tipo de organismo?
El interventor, por ejemplo, podría administrar un plantel que perdiera la acreditación cuando éste se encontrara en crisis u otra figura, pero no puede ser que tengas una institución que no demuestra calidad en lo que hace por un período relativamente largo y que no le pasa nada y puede seguir trabajando igual. Yo creo que no es correcto. Lo mismo ocurre con las carreras: si una carrera no es acreditada hoy, no ocurre nada, y los alumnos se siguen matriculando. Una carrera que no es acreditada debería ser supervisada y asegurarnos de que corrigen las falencias.
¿Cómo se podría hacer esto?
Con convenios de desempeño, por ejemplo. Ahora, no creo que se deba hacer la acreditación de carreras obligatorias, pero aquellas que sí lo son, como Medicina y Pedagogía, deberían tener algún tipo de consecuencia.
¿A qué otros cambios debería someterse el sistema?
Respecto del área institucional del funcionamiento del sistema, creo que podría potenciarse, por ejemplo, al comité coordinador existente entre el Mineduc, CNA y CNED, que pienso debería ser formulado en términos de objetivos y de su funcionamiento. Hoy día, prácticamente es una especie de reunión social, creo que podría tener atribuciones más importantes. Después, hay todo un aspecto relacionado con la forma en que son elegidos los comisionados. Personalmente, pienso que esto no ha incidido en las decisiones ni en el funcionamiento, los problemas de la CNA tienen que ver con errores que cometieron personas. Con todo, hay impresión general de que esto hay que cambiarlo y revisar cómo se nombran, de modo de evitar suspicacias respecto de la independencia y conflictos de interés de los comisionados.
¿Ha pensado cómo podría ser este mecanismo?
Esto es lo que se ha estado hablando y es una de las ideas. Por ejemplo, en una de las idas al Congreso, el senador Ignacio Walker dijo que él pensaba que el Senado tenía que nombrar a los comisionados de la CNA, es una idea. Yo he esbozado otra que se relaciona a que sea el instituto de Chile, las academias, que hay seis, entre ellas la de Medicina, las que podrían nombrar a los comisionados. Que los comisionados sean nombrados corporativamente ha producido más escozor.
¿Y qué pasa con las agencias?
Sí, hay que revisarlas, pero, a mi juicio, hay que mantenerlas. Si la CNA supliera su trabajo, terminarías haciendo una especie de organismo de la burocracia del aseguramiento de la calidad enorme. Las agencias en conjunto acreditan unas 400 carreras, mientras que nosotros hacemos 120.
Es decir, ¿hay que limitar las entidades relacionadas?
Claro, hay que establecer un sistema en que, por ejemplo, sea la comisión la que asigna las acreditaciones en función de algún criterio técnico y económico, una especie de licitación.