Año a año, miles de estudiantes se matriculan para estudiar pedagogía en el país. Algunos los hacen con altos puntajes en la PSU, pero un tercio ingresa a instituciones que exigen bajos puntajes o que, simplemente, no requieren la prueba. Una realidad que está lejos de ser el panorama ideal para mejorar la educación, según varios expertos.
El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, y la subsecretaria del ramo, Valentina Quiroga, han citado ejemplos de lo que aspira el país para mejorar el sistema. Uno de ellos es Finlandia, donde los requisitos académicos para estudiar pedagogía son altísimos: los alumnos que aspiran a ser docentes pertenecen al 10% superior de notas de su generación en el colegio. La realidad chilena dista de ello: 80% de quienes estudian pedagogía proviene del 30% inferior, según datos de Elige Educar.
El proyecto Plan Nacional Docente del gobierno quiere mejorar las condiciones y la calidad del profesorado. ¿Qué pasaría si se aumentaran las exigencias para matricularse en la carrera?. La fundación Elige Educar quiso responder tal pregunta y simuló cuatro escenarios considerando la matrícula (16.097) de alumnos de Pedagogía en 2013.
"Creemos que es importante ir acercándose a lo que hacen los países más exitosos en términos de selección. Eso, traducido a la realidad chilena, es que los alumnos pertenezcan al 30% superior, que equivale a obtener 550 puntos en la PSU más el factor del ranking de notas. Este es un piso mínimo al que deberíamos apuntar", explicó el coordinador de Impulso de Políticas Públicas de Elige Educar, Juan Facundo Díaz.
El primer escenario apuesta a que solo puedan ingresar al sistema aquellos alumnos que obtengan mínimo 500 puntos en la PSU o que estén en el 50% superior del ranking escolar. ¿El resultado? Del total de matriculados en pedagogía en 2013, el 20,8% (3.348 alumnos) hubiese quedado fuera del sistema.
Avanzar hacia un incremento en los requisitos de ingreso debe ser gradual porque "esto tiene un efecto sobre la matrícula que es importante, se ven en los distintos escenarios: el menor reduce la matrícula hasta en un 21%", aclaró la investigadora María José Sepúlveda. La experta de Elige Educar agrega que "eso pasa porque sabemos que un tercio de la matrícula no cumple con requisitos mínimos de PSU asociados, hay mucha desregulación en el sistema".
En este escenario, las universidades que más perderían matrícula serían las que no están adscritas al Sistema Unico de Admisión (SUA). Estas pierden al 40,4% de alumnos. Mientras que las del Consejo de Rectores disminuyen su matrícula en un 4% y las privadas sumadas al sistema Demre bajan en un 17% (ver infografía).
El estudio analizó, también, como el aumento en los requisitos afecta a los planteles dependiendo de si se ubican en la capital o en regiones. Las instituciones ubicadas en provincias son las más sensibles a perder matrícula. Por ejemplo, considerando el total de la pérdida, las universidades de regiones del Cruch suman el 5,03% y las de Santiago el 0,5%. Lo mismo ocurre para las instituciones adscritas al SUA: la disminución es de 38,7% en regiones versus 12,2% en Santiago.
La realidad se acrecienta para las universidades privadas externas al Demre: 44,4% en regiones y 36% en la capital.
Actualmente, las universidades del Cruch piden como mínimo 500 puntos para ingresar a la carrera. Para los expertos, este requisito debiese extenderse para todas las instituciones que quiera ofrecer pedagogía. "No sacamos nada con establecer un piso sólo para algunas, si al final los alumnos que no alcanzan el puntaje se van a otras instituciones. Si hay criterios deben ser para todas con el objetivo de empujar todo al sistema para arriba", explica Díaz.
Algo en los que no concuerda el director de Acción Educar, Raúl Figueroa: "establecer políticas que intervengan en los proceso de admisión no me parece adecuado porque los planteles tienen autonomía".
La apuesta de Elige Educar es ir aumentando en un plazo de cinco a ocho años las exigencias, hasta alcanzar un mínimo de 550 puntos o estar en el 15% superior del ranking escolar. Bajo este escenario la pérdida de matrícula en el sistema total -también tomando la matrícula de 2013- aumenta a 52%. Es decir, más de la mitad de los alumnos no se hubiese matriculado.
MEJORAR LA CARRERA
Al aumento en las exigencias para ingresar a la carrera, se suman otros factores como mejorar las condiciones laborales, por ejemplo. Según Figueroa "hay que diseñar una política que sea un verdadero incentivo para que esos alumnos talentosos ingresen y esto tiene más que ver con las condiciones laborales".
Algo que comparte Sepúlveda: "eso es un complemento, porque hay que hacer más atractiva la carrera". En cuanto al ingreso, añadió, que hay otros requisitos clave, como entrevistas y pruebas especiales a los futuros profesores.
Díaz, en tanto, agregó que "hacer atractiva la carrera es la prioridad. Se aprobó la reforma tributaria que nos entregará más recursos y esperamos que se note en el proyecto".