Jeremy Kerr (26) llevaba 10 horas en Chile cuando una amiga le presentó a Nicole (24), una ingeniera en marketing. El interés del canadiense, que vino al país a hacer clases de inglés, fue inmediato. A los días ya tenían una cita y pronto vino el pololeo. Después de nueve meses se casaron. "Me atraían los extranjeros para practicar el inglés, pero no para pareja. Pero fue mucho mejor, no es machista. Eso es lo que más me gusta de él", dice Nicole.
Los matrimonios entre chilenos y extranjeros han aumentado en el país en los últimos años. Cifras del Registro Civil muestran un alza de 17% entre 2008 y 2012: de 1.406 uniones se pasó a 1.652 en 2012 y este año promete seguir creciendo.
Son reflejo del boom migratorio experimentado por el país en los últimos 10 años, pero también de la cada vez mayor cantidad de chilenos que estudia o trabaja en el extranjero.
Entre 2003 y 2011, las visas otorgadas a extranjeros (por estadía, estudio o trabajo) aumentaron en 155%, pasando de un poco más de 21 mil, a más de 75 mil.
INTEGRARSE AL PAIS
Giampaolo Lanzieri, de Eurostat, organismo de estadísticas de la Comisión Europea, dice a La Tercera que uno de los mejores barómetros de la integración social de las poblaciones que migran son los matrimonios. "Pocas cosas dicen más de si una persona extranjera se está convirtiendo en parte de su país de adopción, que casarse con un local", dice.
Ramón Rubilar, oficial del Registro Civil con más de 40 años de servicio, comparte esa visión. Desde hace dos décadas oficia matrimonios en San Joaquín y dice que las parejas mixtas son cada día más frecuentes. Así lo reflejan las más de 20 banderas de diferentes países que tiene en su oficina. "La primera fue un regalo que hace dos años me hizo un francés que se casaba con una chilena. De ahí me empezaron a preguntar si podían traer su bandera. Llegó después la de Perú, la inglesa y se fueron sumando", dice. Parejas con peruanos, bolivianos, dominicanos, chinos y -el último año- españoles son habituales, cuenta. En la ceremonia coloca la bandera y muchos se sorprenden. "Les parece emocionante, no se lo imaginan, además les pongo música de su país", dice.
La ceremonia que tradicionalmente dura una hora, en estos casos suele hacerse en 20 minutos, especialmente cuando alguno de los contrayentes no habla español, y se necesita un traductor. "Yo les preguntó cómo se conocieron y varios me responden por chat o por intercambio estudiantil", dice.
Fue el caso de Paulina Vergara (33, administradora pública), que hace cinco años se casó con un francés que había venido a Chile como estudiante de intercambio en ingeniería. Ella venía llegando de Francia, también por intercambio estudiantil. Unos amigos pensaron que sería una buena idea presentarlos. Comenzaron a salir, aunque ella sabía que tras el intercambio él volvería a Francia. "Pero nos dimos cuenta que estábamos en algo serio, terminamos las carreras y nos casamos en Concepción", cuenta Paulina.
CHILENOS EN EL EXTRANJERO
La salida de chilenos al extranjero también ha ayudado al surgimiento de estas parejas mixtas y que muchas se radiquen en el país dada la crisis en Europa. Es el caso de Gabriel Navarrete (40, arquitecto). Conoció a su esposa en un museo, en París, cuando él se acercó para hacerle una pregunta. En ese momento él vivía en Francia, donde se casaron. Hoy viven en Chile. Gabriel cuenta que para ella ha sido fácil adaptarse. "Sólo considera que acá es muy competitivo y estresante, y que no hay tanto tiempo para ver a los amigos. Prefiere mantener amigas extranjeras, no tiene mucha onda con chilenas", dice Gabriel.
Andrés Solimano, experto en migración de la Facultad de Emprendimiento y Negocios de la U. Mayor, dice que el aumento de estas uniones habla de una etapa más avanzada del proceso migratorio del país. "Cuando ya se establecen y crean familias, comienzan a generar lazos personales, no sólo económicos". Un fenómeno multidimensional, que cambia la geografía humana de los países receptores, dice.
La presencia de extranjeros en el país aún es baja: 2% de la población total del país (339.536 personas), según el Censo 2012. Muy por debajo de países como EE.UU. o Australia, donde alcanza el 12% y 20%, respectivamente. Sin embargo, ha sido muy notoria, porque se ha concentrado en poco tiempo. Y todo indica que seguirá creciendo, dados los parámetros de desarrollo que está alcanzando Chile.