En el cementerio parroquial de Nuestra Señora de los Dolores, ubicado en el sector de Caleta Abarca de Viña del Mar, Región de Valparaíso, existe un mausoleo muy especial. Un lugar en el que día a día diferentes personas acuden a dejar juguetes y adornos de colores.
No se trata de una animita o algo parecido, sino que del lugar de descanso de 173 bebés fallecidos antes de nacer, y que con el paso de los años se ha convertido en una especie de altar para varias personas.
"La gente trae juguetes a los niños porque cree que son animitas ante Dios. Los niños no nacidos son ángeles de Dios y los juguetes son una expresión de fe, del sentido por la vida, la gente piensa que estos niños no jugaron y ahora juegan en el cielo", señaló el párroco del lugar, Jorge Calderón.
Dicha sepultura se levantó en 2010, después del 27/F, a raíz de la preocupación que manifestó la ONG Vida, Familia, y Sociedad por la existencia de 27 nonatos congelados en el Servicio Médico Legal. "Había que darles una digna sepultura porque la iglesia cree en la vida y estos entes para el civil no existían", complementó Calderón.
Los nonatos que llegan hasta este lugar son producto de abortos espontáneos o provocados. "No somos partidarios del aborto, pero tenemos que asumir que existe y que hay que respetar estos cuerpos", acotó el religioso, realizando un llamado a otros cementerios parroquiales y municipios a implementar estos sepulcros, a raíz de que los fallecidos antes de nacer requieren otra forma de inscripción.
"El nonato que encuentran en la calle no existe, por lo que hubo que hacer todo un sistema para darles existencia legal, inscribirlos como mortinatos NN, para darles un número y poder sepultar porque si no viene un pase del Registro Civil a los cementerios, no podemos recibirlos", dijo Calderón.
El ex almirante de la Armada, Jorge Arancibia, miembro de la ONG creadora del mausoleo, señaló que "es duro decirlo, pero normalmente se iban a la basura y eso nos conmovió, entonces empezamos a elaborar este proyecto y me emociona q pase el tiempo y que el mausoleo tenga juguetes, recuerdos y que la gente esté aquí".
Manuel Millones, también integrante de la ONG, también llamó a los "cementerios parroquiales y municipio a construir estos mausoleos. Sentémonos a conversar, se puede hacer un esfuerzo con la ONG o los privados".