En Argentina seguían ayer los coletazos por el sorpresivo discurso ofrecido el sábado en la noche por Máximo Kirchner. Ante 40.000 partidarios de La Cámpora congregados en el estadio de Argentinos Juniors, el hijo mayor de la Presidenta Cristina Fernández desafió a  la oposición a vencer a su madre en las urnas en 2015, pese a que ella tiene vedado por la Constitución acceder a un tercer mandato y no cuenta con los votos  necesarios en el Parlamento para una reforma.

Aunque, según la agencia France Presse, las posibilidades del joven de 37 años como candidato presidencial son nulas, su  presentación pública por primera vez como orador político expresa la necesidad  del kirchnerismo de proyectar una figura que los represente a falta de candidatos del círculo más cercano a la mandataria para las elecciones de octubre de 2015. "El kirchnerismo está buscando ver cómo queda posicionado, porque sabe de  antemano que la perspectiva de las elecciones presidenciales no va a ser favorable a su núcleo duro", dijo a esa agencia de noticias Mariela Fornoni,  directora de la consultora Management & Fit. "Es lógico una jugada como la de posicionar a Máximo, aunque no como  candidato, sino para darle mayor visibilidad al kirchnerismo", indicó Fornoni.

Una interpretación similar hizo el diario porteño Clarín, para el cual el acto del sábado "pareció un mensaje de repliegue frente a un kirchnerismo sin candidato propio". "Con el pase al frente de su hijo, la presidenta no pretende indicar un candidato, sino, por ahora, señalar que no tiene candidato", comentó el columnista de La Nación Carlos Pagni.

Para Pablo Ibáñez, analista del diario Ambito Financiero, con su aparición del sábado, el hijo de los Kirchner "entra en el juego público, se presta a la construcción de su personaje y se calza el traje de heredero que hasta ahora Cristina y su tropa más leal le negaban a cualquiera de los varios candidatos que se ofrecieron como sucesores". En ese sentido, Ibáñez cree que el planteamiento de Máximo de que la oposición acepte competir contra su madre en 2015 "avisa que no hay otros candidatos K, de Daniel Scioli (gobernador de Buenos Aires) al hiperoficialista Sergio Urribarri (gobernador de Entre Ríos), que expresen la continuidad de ese universo que celebró la aparición de Máximo como venera el mando de Cristina".

Dirigentes consultados por La Nación coincidieron en interpretar el planteamiento reeleccionista, hoy fuera del alcance del oficialismo, como "un intento por mantener la iniciativa política y el poder hasta el último día del mandato de la presidenta. El mensaje busca, además, interpelar a la oposición y agrupar fuerzas detrás de la figura de Cristina Kirchner, para evitar la dispersión en la campaña electoral". En esa línea, el hijo de la gobernante afirmó que no había "apellidos milagrosos", sino "proyectos políticos que tienen que ser proyectos de país". "Es bastante lógico que, frente a la extinción de su mandato, promueva a su hijo para dar la sensación de eternidad. Y es lógico también que ese hijo, Máximo, diga que el único poder es de la madre", apuntó Pagni, quien considera que el discurso de Máximo en Argentinos Juniors "reforzó esa inclinación a la endogamia".

En los sondeos, la principal figura del oficialista Frente para la Victoria es Daniel Scioli,  ex vicepresidente del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007), que ha expresado  públicamente lealtad a la mandataria, aunque es visto con recelo en la cerrada "mesa chica" del kirchnerismo. "Así como están las cosas, la (interna del partido gobernante la) ganaría  Scioli y hay preocupación" en el entorno de la presidenta, sostuvo Fornoni al ensayar una explicación a la repentina aparición pública del  primogénito de los Kirchner.

Desde la oposición, el alcalde de Buenos Aires y candidato presidencial Mauricio Macri criticó la presentación de Máximo por mostrar la voluntad del oficialismo  de perpetuarse en el poder, según dijo el político del derechista PRO. "Por todos lados se le cuela al kirchnerismo el deseo profundo de permanecer eternamente en el poder. No me parece que sea algo serio", opinó Macri.