Como ex jefe de la comisión de FIFA que inspeccionó, durante 2010, los 11 países que aspiraban a organizar los mundiales 2018 y 2022, Harold Mayne-Nicholls es palabra autorizada para referirse a las dudas que generó la designación de Qatar.

"Mi posición no me permitía estar a favor o en contra de una determinada sede. Nuestra misión fue elaborar un exhaustivo informe sobre cada uno de los países que aspiraron a ser sedes, informe que aún se puede encontrar en la FIFA", afirmó el ex timonel de la ANFP.

El periodista reitera que no tuvo ninguna injerencia en la decisión adoptada hace poco más de un año por el comité ejecutivo de la FIFA, aunque reitera su opinión frente a la elección de la sede del Mundial 2022.

"Era evidente que Qatar no era el país que cumplía de mejor manera los requisitos exigidos por FIFA. El proyecto incluía lo solicitado, pero requería de un mayor trabajo que otras candidaturas, considerando innovaciones tecnológicas, financieras y logísticas del país", sostiene el antofagastino.

Pese a ello, Mayne-Nicholls aclara que su trabajo como jefe de la comisión que inspeccionó las sedes no tuvo restricciones ni presiones de ningún tipo.

"Apenas se conoció la designación de Qatar aparecieron los rumores, pero lo único claro es que yo nunca vi nada con la corrupción ni tuve presiones para realizar mi trabajo. En todos los países tuve libertad para realizar el informe que solicitaba FIFA", concluyó el ex funcionario del ente rector del fútbol mundial.