Parecía una pérdida irremediable. En 2004, tres sujetos armados y a plena luz del día, ingresaron al Museo Munch en Noruega, frente a la mirada de los turistas, y robaron dos de sus obras más valiosas: El grito (1893) y Madonna (1894-95). El museo esperó una nota de rescate y luego ofreció una recompensa del 97 millones de euros para recuperar las piezas, pero nada pasó. Dos años después, la policía anunció el hallazgo de las obras ilesas, en los alrededores de Oslo.
Tras siete años, el atraco que ensombreció a la escena de arte noruego ya es cosa del pasado. El domingo, El Museo Munch junto con la Galería Nacional de Oslo inauguraron Munch 150, la mayor exposición dedicada a Edvard Munch (1863-1944), con 220 pinturas, incluyendo las dos piezas robadas, más otros 50 dibujos.
La retrospectiva se enmarca dentro de las celebraciones por el 150° aniversario del nacimiento del pintor, quien en este último tiempo ha cobrado una inusitada popularidad: en 2012 una de sus cuatro versiones de El grito fue adquirida por US$ 120 millones, en Sotheby's de Nueva York, convirtiéndose en la obra más cara vendida en una subasta pública.
Munch en Chile
Noruega parece, ahora, querer capitalizar el éxito de su artista más famoso con una serie de actividades en torno a su figura. En febrero se lanzó un libro con la historia de la ejecución de El grito; en octubre se hará una exposición en Zurich con la mayor colección privada de obras gráficas de Munch, y durante el resto del año el Museo de Henrik Ibsen exhibirá diseños teatrales que reflejan cómo la estética de Munch influyó al dramaturgo.
En paralelo, la exposición Munch 150 es parte del programa Exhibición en pantalla, del cineasta Phil Grasbky, quien está trabajando con galerías de todo el mundo para realizar documentales sobre las mejores exhibiciones de arte y luego transmitirlos en salas de cine en países de los cinco continentes en alta definición. Chile es uno de los destinos.
El próximo 30 de junio, a las 12.00, el Teatro Nescafé de las Artes exhibirá Munch 150: el filme que muestra el proceso de montaje y curatoría de la muestra, mezclado con la biografía del artista. La primera experiencia de este tipo fue en mayo, con la exposición Manet: retratar la vida, que se realizó en la Royal Academy de Londres y que resultó un éxito de público en salas.
Las entradas se venden por Ticketek y cuestan $ 7.000 y $ 10.000. A su vez, otros 30 países exhibirán el documental, entre ellos, Argentina, Francia, Dinamarca, India, Rusia y Hungría.
Grabada y emitida en alta definición (HD), el filme cuenta con la participación del historiador de arte británico Tim Marlow, quien recorre la muestra y entrevista a distintos expertos en la obra del artista. En la Galería Nacional se exhiben obras realizadas entre 1882 y 1903, entre las que destacan justamente El grito, convertido en un icono cultural tras la II Guerra Mundial, además de la reconstrucción completa de su serie El friso de la vida, donde plasma algunos de los episodios más trágicos de su juventud, como la muerte de su hermana y su madre a causa de la tuberculosis, o la enfermedad psiquiátrica de su padre.
Cultor del expresionismo, en sus obras Munch habla sobre la soledad, la angustia, la muerte y el erotismo. En el Museo Munch se muestra su producción más tardía, en la que destaca su trazo más suelto y abstracto: entre ellas está Vampiro en el bosque (1916) y Trabajadores camino a casa (1913-14).