En seis horas, los desiertos reciben más energía solar que la que consume toda la humanidad en un año. De esa base parte la Iniciativa Industrial Desertec, el proyecto más grande de energías renovables planteado hasta hoy. Se trata del acuerdo entre 12 compañías europeas, con la intención de construir plantas solares gigantes en gran parte del desierto del Sahara y que pretende entregar energía eléctrica limpia a Europa, el Norte de Africa y el Medio Oriente.
La fundación Desertec está compuesta por países liderados por Alemania y empresas del sector energético, que se han dado un plazo de tres años para generar las condiciones necesarias para ejecutar el proyecto y elaborar un plan de acción para llevarlo a cabo.
El primer paso será la construcción de parques de energía termosolar que utilizan paneles reflectantes. Estos paneles concentran la radiación solar en un tubo por el cual fluye agua o un aceite que pasa a un generador de vapor, el cual hace funcionar la turbina que, finalmente, produce la electricidad (ver infografía). Estos concentradores solares generan energía durante las 24 horas e incluso durante los días nublados. Y su construcción generará dos millones de puestos de empleo en la zona al año 2050.
Las plantas solares, que serán construidas en toda la franja que está entre Marruecos y la península arábiga, serían capaces de producir 100 gigavatios hasta el 2050. Para esta fecha, dos tercios de la demanda energética del norte africano y Medio Oriente, y un 15% de la europea se podrían ver abastecidas. ¿Como? Mediante líneas de transmisión que cruzarían el Mediterráneo.
Los creadores del proyecto calculan que si en el del Sáhara se aprovechara un terreno de casi 90 mil kilómetros cuadrados se podría abastecer a todo el mundo y con uno de 600 kilómetros cuadrados se podría cubrir la demanda de la Unión Europea.
Desertec también considera la conexión de una gran red de energías limpias. Esto implica la instalación de parques eólicos en la costa atlántica del norte de África y en España, norte de Europa, Turquía y Mar Rojo. Incluye, además, la construcción de centrales hidroeléctricas en África e instalaciones de biomasa, energía solar fotovoltaica y geotérmica que se conectarán por toda Europa.
Con el apoyo de organizaciones como Greenpeace, el proyecto también tiene detractores que critican su inviabilidad práctica y los peligros de construir esta tecnología en países africanos que se caracterizan por la inestabilidad. Desertec también ha sido criticado por esta suerte de nuevo colonialismo de que África proporcione la energía eléctrica para Europa.