El eventual acuerdo comercial entre Walmart y Bci, o la compra por parte de este último de la cartera de tarjeta de crédito del retailer, no sólo se enmarca en el modelo de negocios que caracteriza a la supermercadista a nivel internacional, donde ya opera en asociación con bancos su negocio de tarjetas.
Para expertos, se trata de una tendencia del retail que tomó fuerza luego del caso La Polar, y que fue potenciada por mayores regulaciones como la tasa máxima convencional -que fue estrechando los ingresos por la vía de restricción a los cobros de interés-, y exigencias de mayor solvencia y estabilidad financiera, similares a los requerimientos bancarios. "Ello obliga a fortalecer la infraestructura, el gobierno corporativo, elaborar mucho reporte y generar más provisiones con criterios muy cercanos al que se le pide a los bancos, lo que lleva a decidir, o me convierto en banco o me salgo", dice una fuente del mercado.
Y así pasó. Ripley, tras un complejo inicio en el mercado de tarjetas, prefirió abrir un banco. Falabella hizo lo propio, aunque mantiene a CMR como una entidad no bancaria potente, con el 50% del mercado en tarjetas del retail. Cencosud se asoció por 15 años con Scotiabank para la administración de sus tarjetas y hoy Walmart sigue sus pasos para el 1,4 millón de tarjetas que posee, con un volumen de colocaciones de US$ 831 millones a junio de 2017.
Como resultado, el número de tarjetas de crédito del retail se redujo, al ser traspasado a la banca, de más de 10 millones en 2009 a 7 millones hoy, y podría seguir bajando. Los retailer tienen el 10% de las colocaciones de consumo (considerando bancos y tarjetas del retail), y sus plásticos son el 33% del mercado de consumo a marzo de este años, según cifras del Comité de Retail Financiero.
Vuelta al negocio
El analista de Santander GCB, Francisco Maluenda, afirma que la salida de los retailers se debe al reenfoque al negocio core y a tener una estructura operacional que optimice el capital de trabajo. "Al operar conjuntamente su brazo financiero con un banco, los retailers obtienen una oferta comercial más competitiva, mejor financiamiento y se alinean a los estándares de la industria bancaria".
El gerente de Estudios Renta 4, Guillermo Araya, agrega que a los retailers no les sale a cuenta que el usuario de su tarjeta esté utilizando el 100% de su cupo en negocios externos al retail, siendo más eficiente que el banco maneje el negocio financiero. "Así ganan más capital de trabajo para seguir invirtiendo. Por eso, para los retailers es más eficiente establecer su propio banco como Falabella y Ripley o vender su negocio financiero a un banco, que es el experto en esos temas".
Sin embargo, Andrés Galarce, subgerente de Estrategia de Inversiones de EuroAmerica, agrega que más que una tendencia, lo que se está dando obedece a casos puntuales. "Cencosud vendió el 50% de la propiedad en su tarjeta y con opción de recompra. Y si lo hizo fue para fortalecer la débil posición financiera que mostraba en ese momento. Ahora, lo que hace Walmart es una duda, ya que desconozco su visión estratégica y para qué quiere hacer caja".
En el mercado estiman, asimismo, que la posibilidad de que firmas como Ripley y Falabella hagan lo mismo es muy improbable, pues ya tienen experiencia en el asunto. Sólo si quisieran ampliar el negocio o dar créditos distintos al consumo, les convendría vender.