La mayoría de los trabajadores de América Latina trabajan de manera informal, lo que afecta a la productividad de las empresas, anunciaron el domingo fuentes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). 

"El 56% de las personas que trabajan en América Latina están en la economía informal", dijo en conferencia de prensa José Juan Ruiz, economista jefe del BID. 

Esa informalidad en el trabajo tiene "serias consecuencias" sobre la competitividad de las empresas, aseguró Ruiz. 

Según el funcionario del BID, las empresas que emplean trabajadores informales suelen ser pequeñas, menos integradas a la economía internacional, tienen menor capacidad tecnológica y una mayor rotación de trabajadores.

"La informalidad no es un problema para Chile o Uruguay, pero sí es un problema muy grave para Bolivia, Paraguay o Perú", añadió Ruiz. 

Según el BID, Bolivia, Paraguay, Perú, Nicaragua y Honduras son los países con mayores cuotas de trabajadores informales, lo contrario de Chile, Uruguay, Costa Rica, Brasil y Panamá.

El BID realizó en Panamá su 54 reunión anual de gobernadores, con el objetivo de buscar fórmulas para incrementar el  crecimiento económico en la región.

El BID aboga por realizar cambios estructurales en América Latina y el Caribe que ayuden a desincentivar la contratación informal de empleados.

"La idea son reformas, no para que un grupo en particular gane a costa de otro grupo, sino que el país como un todo gane", dijo Santiago Levy, vicepresidente de sectores y conocimiento del BID.

Según los funcionarios del banco, la caída de la informalidad provocaría un aumento en los salarios reales de los trabajadores, en la productividad y en el acceso al crédito, al tener un mayor marco de certidumbre jurídica.

"Los que más pierden con este ambiente de informalidad son los propios trabajadores porque es muy difícil que los salarios aumenten en un contexto de estancamiento de la productividad", aseguró Levy.

Una desaceleración económica mundial tendrá un efecto "desalentador" en América Latina y el Caribe si no hay reformas de fondo, en una región que crecerá un 0,5% menos en el próximo lustro que en los años anteriores a la crisis de 2008, según el informe anual del BID.