El candidato del PRO, Marco Enríquez Ominami, criticó al senador Alejandro Guillier, a quien acusó de "no dar el ancho" para convertirse en el próximo Presidente.

En una columna titulada "Carta abierta a las izquierdas de Chile", el ex diputado recordó la "importancia de la izquierda en Chile" porque, a su juicio, "que el sentido común de la política sea vivir en democracia, con justicia, en libertad, con equidad, con derechos, con bienestar y felicidad, es un legado de la izquierda y no de la derecha".

Sin embargo, en este texto publicado en su página web, dedicó duras críticas al candidato del PS, PPD, PC, MAS e IC, Alejandro Guillier.

"Porque hoy estamos haciendo algo muy grave. Renunciar. Sun-Tzu tenía razón en esto. Uno no puede dar solamente las peleas que uno calcula se pueden ganar. A veces, también, hay que dar las batallas que se deben dar. Pero Guillier –lo dicen los propios partidos que, en el papel, lo estarían apoyando– no da el ancho para esta batalla obligatoria".

Enríquez - Ominami sostuvo que esto "no tiene que ver con transparencia, sino que con consecuencia. Son conocidos los acuerdos de Guillier con las mineras, fue vocero de las isapres, fue funcionario de Piñera durante 10 años, violó la intimidad de un juez de la República, destruyó su carrera y relacionó la homosexualidad con la pedofilia".

Y agregó: "Hoy se presenta a candidato sin tener idea de cómo se financian las campañas –criticando la ley de financiamiento que el mismo apoyó– y está más preocupado de cuidar su "independencia", como si ese en política fuera un valor que le importa a alguien más que a él mismo. Alejandro no está preparado ni quiere ser de izquierda", aseguró el candidato.

En este sentido, ME-O recordó que "el 2009 –todos– permitimos que pasara algo que no tendría que haber pasado. La derecha puede volver nuevamente, pero peor. Porque si el 2009 la derecha de Piñera era estéticamente la de Obama, la de 2018 es más parecida a la de Trump. Porque la historia no se repite siempre como farsa. A veces, como ahora, la farsa podría también ser, al mismo tiempo una tragedia".