Y la tercera no era la vencida. El candidato presidencial del PRO, Marco Enríquez-Ominami perdió nuevamente la elección presidencial alcanzando sólo un 5,6% de los votos.
Tras su derrota, ME-O hizo un llamado a votar por Alejandro Guillier en la segunda vuelta presidencial. "No es mi momento, no es nuestro momento, pero es el momento de Chile".
Asegurando ser el postulante "mejor preparado" para llegar a La Moneda, ME-O dedicó gran parte de su campaña a diferenciarse con el candidato de la oposición, Sebastián Piñera.
En la mayoría de sus actividades de campaña y en todos los debates presidenciales, el líder del PRO criticó la gestión del ex mandatario, sus vínculos con la "corrupción" y su fortuna económica.
Por otro lado, y sobre todo al final de su campaña, Enríquez-Ominami se definió como el principal defensor del legado de la Presidenta Michelle Bachelet, marcando sus diferencias con los dos abanderados oficialistas. Incluso, planteó cambiar el nombre de la Estación del Metro Los Leones por "Estación Michelle Bachelet", asistió con ella a la inauguración de un hospital y precisó permanentemente que iba a continuar con las reformas implementadas por la Mandataria, "corrigiendo lo que haya que corregir".
Sin embargo, durante todos los meses de campaña ME-O no logró zafarse de las críticas por su vínculo con el caso SQM, causa por la que fue formalizado por delitos tributarios asociados a la facilitación de facturas presuntamente falsas para financiar su campaña presidencial de 2013.
Incluso días antes de los comicios, el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago accedió a levantar el secreto de las cuentas bancarias del candidato del PRO, hecho que ME-O desmintió.
Con todo, el abanderado progresista no ha descartado presentarse nuevamente como candidato a La Moneda, lo que sería su cuarta postulación.