La rapamicina, un medicamento que se utiliza para prevenir el rechazo del cuerpo a los trasplantes de órganos y de médula ósea, puede alargar también significativamente la vida de los mamíferos, según un estudio publicado en "Nature".
La rapamicina es un antibiótico que bloquea una proteína que participa en la división de las células y que inhibe el crecimiento y la función de ciertas células T del sistema inmunitario que ayudan al cuerpo a rechazar los tejidos y órganos ajenos.
Se trata de una droga extraída de un hongo originario de la Isla de Pascua (Chile), el rapamune, que desde hace varios años se utiliza como inmunosupresor de gran eficacia en todo el mundo.
Los profesores David Harrison, del Jackson Laboratory (EEUU), y Matt Kaeberlein, de la Universidad de Washington (EEUU), han comprobado que inoculado en ratones de laboratorio redunda también en "un significativo aumento" de la longevidad de estos animales.
El estudio de Harrison y Kaeberlein descubrió que la rapamicina influye sobre la mTOR, una quinasa que regula el proceso de transferencia de las proteínas, del crecimiento celular y del metabolismo celular en respuesta a estímulos del entorno.
La reducción de la función de esta quinasa ya ha demostrado tener un efecto en la extensión de la vida de la levadura, de los gusanos nematodos y de las moscas, pero estos dos científicos han conseguido demostrar por primera vez que tiene el mismo efecto en mamíferos.
LA INVESTIGACION
El experimento consistió en suministrar rapamicina a ratones en la última etapa de sus vidas, teniendo en cuenta que su esperanza media de vida es de 600 días, y constató que los animales vivían de media entre un 9 y un 14 por ciento más.
Harrison y Kaeberlein recuerdan que hasta ahora la única manera conocida de alargar la vida de estos ratones era con una severa restricción de su dieta alimentaria, por lo que este experimento supone la primera evidencia de que es posible prolongar la vida de una especie de mamífero mediante un tratamiento farmacológico.
Los autores del estudio advierten no obstante de que "los individuos sanos no deberían considerar tomar rapamicina para ralentizar el envejecimiento por los potenciales efectos inmunodepresores negativos que implica su uso".
En cualquier caso, destacaron que este hallazgo será de gran utilidad a la hora de desarrollar nuevas líneas de investigación sobre las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.