El médico brasileño Luiz Loures, quien asumirá en enero próximo como subdirector del Programa de Naciones Unidas contra el VIH/sida (ONU-Sida), estima que en unos 15 años se podrá erradicar la epidemia de esa enfermedad infecciosa a nivel mundial.
"Estamos cambiando de etapa en la respuesta al sida. Comenzamos a hablar del fin de la epidemia. El progreso científico permite eso. Y estoy siendo colocado en este puesto para cambiar e intensificar los programas (de combate y prevención de la enfermedad) y llevar al mayor número de países a alcanzar esa meta que ahora podemos comenzar a estimar. Yo pienso en 15 años" dijo el médico, quien fue designado para el cargo por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Loures, quien además de la subdirección de ONU-Sida ocupará el cargo de secretario general asistente de la ONU, explicó que la erradicación de la epidemia no significa que se elimine por completo la enfermedad.
"El sida continuará existiendo probablemente, a no ser que se consiga erradicar el virus -lo que es una cuestión para un futuro mucho más distante-. Pero vamos a poder decir que no hay más epidemia. Tal vez no en todos los países al mismo tiempo", aclaró.
En su opinión, y gracias a las políticas públicas de lucha contra el sida, en Brasil se dan las condiciones para que se convierta en el primer país en declararse libre de la epidémica enfermedad.
"Según el panorama mundial, no tengo dudas en decir que Brasil es el país con las políticas de sida más avanzadas y más inclusivas. Eso desde el punto de vista global, yo no estoy dentro de Brasil", dijo Loures, quien reside en Ginebra, donde está la sede de ONU-Sida.
Agregó que si se toman en cuenta las estadísticas de acceso al tratamiento en Brasil, "las coberturas son las más altas del mundo, precisamente porque Brasil fue el primer país en tratar (el sida de manera pública y gratuita)". "Siguiendo ese parámetro, no tengo dudas en decir que Brasil tiene condiciones de ser el primer país en declarar el fin del sida".
El médico evaluó que para alcanzar la meta de erradicar la epidemia a nivel mundial, los países deben, en primer lugar, llegar a duplicar prácticamente el número de personas tratadas, que actualmente son alrededor de ocho millones. "Tenemos que tratar al menos siete millones más hasta 2015, para poder decir que estamos en el ritmo (necesario).
"Las pruebas de sida tienen que convertirse en rutina. No es un bicho de siete cabezas, debe haber cambios en ese sentido. Cualquier persona en el mundo tiene el derecho y tiene que saber si está o no infectada. Es ahí donde comienza el fin del sida, comienza con cada individuo. Quien se trata no sólo cuida de su salud, sino que además corta la trasmisión", precisó, al tiempo que enfatizó que la prevención también debe ser intensificada.
El facultativo indicó que actualmente existen dos "desafíos fundamentales" -vinculados a los dos grupos más vulnerables-, que la humanidad debe enfrentar para erradicar la epidemia: el combate a la discriminación de los homosexuales y el entendimiento de que el consumo de drogas "es un problema de salud y no de policía".
"La discriminación (de los homosexuales masculinos) todavía es el factor más importante en muchos países. Setenta y ocho países criminalizan la relación con el mismo sexo. No se puede pensar que el homosexual va a ir a buscar un servicio de salud si corre el riesgo de ser detenido", explicó.
"Lo mismo ocurre en relación a los usuarios de drogas. La epidemia en Europa oriental es la que más me preocupa en el panorama mundial. La cuestión fundamental es la siguiente: el usuario de drogas es un problema de salud, no es un problema de policía", agregó Loures, quien trabaja en ONU-Sida desde hace 16 años.