El religioso y médico español infectado de ébola, Manuel García Viejo, llegó hoy a España y se encuentra hospitalizado en Madrid para ser tratado de la enfermedad, después de haber sido trasladado en un avión medicalizado desde Sierra Leona.
Esta es la segunda vez en menos de dos meses que el Gobierno de España pone en marcha un protocolo de repatriación ante el caso de españoles infectados por ébola, tras el seguido en agosto con su compañero de orden religiosa, el sacerdote Miguel Pajares, que llegó a Madrid el 7 de agosto y falleció el día 12 del mismo mes a causa del virus.
Pajares fue repatriado a España junto a la misionera guineana con pasaporte español Juliana Bonoha, que fue dada de alta el 28 de agosto tras haber sido sometida a diversas pruebas que descartaron que padecía ébola.
García Viejo, de 69 años, que pasó los doce últimos como director médico de la Orden de San Juan de Dios en Lunsar (Sierra Leona), ha sido repatriado el domingo en un avión Hércules español se trasladó a Freetown.
El avión regresó a la base de Torrejón de Ardoz, en Madrid, la madrugada de hoy, lunes, y el enfermo fue ingresado en el hospital Carlos III, según pudieron comprobar varios medios de comunicación.
Tanto las tripulaciones, como el personal sanitario y de vuelo de cabina han estado protegidos en todo momento con monos impermeables y diverso material para aislarles de fluidos o partículas contaminantes del paciente infeccioso y prevenir el contagio.
El religioso será ingresado en una planta del hospital donde se han dispuesto habitaciones de aislamiento con esclusas con presión negativa para evitar cualquier contacto del enfermo con el exterior y el riesgo de contagio.
El personal sanitario que atenderá al religioso estará provisto de equipos de protección y ha sido entrenado para su uso correcto, como sucedió en su día en el tratamiento que se siguió con el sacerdote Miguel Pajares y la monja Juliana Bonoha.
En el Carlos III Pajares fue tratado con Zmapp, el suero experimental norteamericano que ha salvado la vida a dos ciudadanos de aquel país pero que no surtió efecto en el caso del sacerdote español.