"Además de los ejercicios, ellos deben caminar, pero cantando" dice Jean Romagnoli, el especialista en medicina y traumatología del deporte a cargo del acondicionamiento físico de los mineros atrapados en la mina San José.

El profesional explica que la primera parte del plan de entrenamiento es básica: movimiento de articulaciones, media sentadillas y movimientos de estocada, donde se flexiona una rodilla llevando el cuerpo hacia adelante. Siempre manteniéndose entre 120 y 140 pulsaciones por minuto.  "No se puede cantar con más de 140 latidos por minuto sin que se entrecorte la voz. Por eso deben cantar. Al no superar los 140 pulsaciones por minuto se está quemando grasa", explica el especialista.

"Los mineros participan activamente en los ejercicios, están de buen ánimo y existen buenas comunicaciones", dice Romagnoli, quien ha podido mostrar las distintas rutinas que los trabajadores deben realizar través de videoconferencias.

Romagnoli explica que, debido a las condiciones en que realizan los ejercicios y para evitar deshidrataciones, a cada minero además de su alimento se le entrega un litro y medio de complemento isotónico.

El médico de la Asociación Chilena de Seguridad (AChS) cuenta que el lunes comienza la segunda etapa de ejercicios, donde a través de otra videoconferencia "se les explicará el nuevo tipo de ejercicio, que son con una mayor intensidad y que comprenden actividades anaeróbicas, con una frecuencia de 170 a 180 latidos por minuto".

Además, en esta nueva etapa, los mineros "harán una posta con relevo en parejas, donde uno camina y el otro lo afirma con una banda elástica para generar resistencia de las extremidades inferiores", afirma.

En conjunto, se trabajará con un entrenador de resistencia pulmonar, "un dispositivo de entrenamiento antigravedad, que es el mismo que hacen los pilotos de combate", dice. El médico explica que esto se realizará para que no hayan desmayos ni un estancamiento de sangre en las piernas de los mineros durante el ascenso.

Romagnoli reconoce que a pesar de tener experiencia con grupos a distancia, como coordinando expediciones militares de ascenso desde el campamento base, esta es una experiencia "única". "Esto no se había hecho nunca antes. El diseño tiene que ser perfecto para no dar cabida a posibles errores o problemas durante el ascenso", explica el especialista.