Ha pasado una semana de que el fuego consumió miles de héctareas en la región del Biobío y junto con ello más de 100 viviendas. Las familias afectadas, sólo en la localidad de Florida, alcanzan las 89 con diferentes grados de pérdida.
El ministerio de Salud dispuso un equipo médico de la zona para atender las necesidades de los afectados y ayudarlos a superar los traumas que la tragedia generó.
El doctor Alejandro Carrasco, jefe del equipo médico, manifiesta que las primeras impresiones han denotado la necesidad de una urgente contención emocional.
"Esos síntomas eran predecibles y en algunas familias más que en otras. El primer trabajo es la contención emocional y posteriormente se trabajará en las secuelas que puedan desencadenarse porque lo normal es que luego de esto venga una etapa depresiva que se recupera en un largo tiempo dependiendo de las características de cada persona", dijo el especialista.
Coloma manifestó además que "son 11 las familias que necesitan atención con más urgencia y presentan síntomas más agudos. Muchos han reaccionado con síntomas de angustia y crisis de pánico".
El facultativo manifestó que se han seguido protocolos para preveer los casos en que se genere un cuadro depresivo más extenso en algunas personas.
Agregó además que "en el caso de los niños la sintomatología se expresa más a través del miedo y del apego a los padres".
Los equipos están conformados por un médico general, un sicólogo y una asistente social y se trabaja en conjunto con los municipios y hospitales. La atención es diaria y se reciben cerca de 60 personas en cada jornada.
"La idea es prestarle la ayuda a todos de manera gratuita y disposición total de medicamentos y hopitalización en caso de ser requerida, y aunque el énfasis está en las que presentan cuadros angustiosos más severos, la atención es para todos", dijo Carrasco.