El Presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, destituyó al ministro del Interior de Ingushetia, Ruslán Meiríev, tras el atentado suicida que causó hoy al menos 20 muertos y más de un centenar de heridos en esa república norcaucásica rusa.
"He decidido destituir al titular de Interior de Ingushetia. El ministro del Interior de Rusia debe presentarme propuestas concretas para poner orden y reforzar el cuerpo de policía ingush", declaró Medvedev, según las agencias rusas.
El jefe del Kremlin subrayó que el sangriento atentado suicida perpetrado hoy en la mayor ciudad ingush, Nazrán, es consecuencia "tanto de la actividad terrorista, como del mal trabajo de las fuerzas del orden de la república".
"Ese atentado podía haber sido evitado", subrayó el líder ruso, al destacar que la propia policía ingush ha reconocido que esperaba un atentado de esas características con la utilización de una furgoneta como coche bomba.
Agregó que "esta situación es inadmisible, pues la policía debe proteger a la gente, pero también debe saber defenderse a sí misma", según la agencia Interfax.
El atentado terrorista, atribuido a islamistas radicales, causó al menos 20 muertos y 138 heridos, según los últimos datos del ministerio de Situaciones de Emergencia ingush.
El ataque se produjo por la mañana cuando los agentes se encontraban formados en el patio del recinto de la policía de Nazrán, adonde el terrorista irrumpió en una furgoneta cargada con explosivos.
La Presidencia ingush informó de que el vehículo bomba derribó el portón de acceso al recinto y, una vez dentro, el kamikaze activó su carga letal.
Según los artificieros, la explosión, de la que se acusa a guerrilleros islamistas, fue de una potencia equivalente a entre 200 kilogramos y una tonelada de trilita.
El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró hoy "profundamente preocupado" por el atentado suicida. "No puede haber justificación alguna para un acto de terrorismo de ese tipo", sostuvo Obama en un comunicado oficial emitido por la Casa Blanca.
La presidencia de turno de la Unión Europea (UE), que actualmente ocupa Suecia, también condenó el ataque. El bloque transmitió en un comunicado sus "más profundas condolencias a los familiares de las víctimas de este brutal acto".
Este es el segundo ataque suicida en menos de dos meses en Ingushetia: el 22 de junio pasado un terrorista suicida detonó un coche bomba al paso de la comitiva del presidente ingush, Yunusbek Yevkúrov, quien resultó gravemente herido en el ataque.
Las autoridades ordenaron redoblar las medidas de seguridad en la república y responsabilizaron del ataque terrorista a los extremistas islámicos, empeñados en "crear pánico entre la población y desestabilizar la situación en Ingushetia y todo el Cáucaso ruso".