La misión que tiene Jaime Sepúlveda en Mega es clara, pero no fácil: incorporar mayor contenido cultural a la parrilla programática. Sepúlveda arribó a la televisora del grupo Bethia en enero de este año, de la mano de su director ejecutivo, Patricio Hernández, con quien también trabajó anteriormente en Canal 13.

Su actual cargo es productor ejecutivo del área de no ficción y cultura, y sabe que el camino que comenzó a cimentar hace nueves meses empezará a cambiar la cara del canal de Vicuña Mackenna. "En Mega tenemos el desafío de generar una invitación a nuestra audiencia, la que no se ha generado en el pasado, de encontrar contenido significativo asociado al canal. Uno no tiende a buscar en Mega la cultura, pero estamos trabajando para que sea un canal transversal", explica.

Historias que nos reúnen, el espacio conducido por Catalina Edwards, fue el primer paso que dieron Sepúlveda y su equipo en Mega.

Y en octubre darán otro más importante con el estreno de El niño rojo, miniserie de ficción histórica sobre Bernardo O'Higgins

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Ricardo Larraín

(La frontera, Héroes), escribió sus guiones y también la dirigió, y Alex Bowen, actual director del área dramática de TVN, la produjo. La miniserie ganó un fondo del Consejo Nacional de Televisión en 2010 ($ 149 millones), y recrea en tres capítulos la infancia, adolescencia y juventud del "Padre de la patria".

Para Mega, la importancia de El niño rojo, que debuta en octubre, radica en que irá en horario de alta audiencia, tal como dice la nueva normativa del CNTV sobre programación cultural (al menos dos de las cuatro horas semanales deberán ser transmitidas entre las 18.30 y las 00.00 horas, de lunes a viernes).

"El público chileno está acostumbrado a ver cultura los fines de semana. Los canales instalaron esa costumbre. Ahora, hay que instalar una nueva. Es un desafío que tiene un buen fin, así que hay que hacerlo", asegura Sepúlveda.

Mega estará obligado a quitarle terreno a alguno de sus actuales productos prime, los que lideran el rating por amplio margen, para lo cultural. Ante este escenario, Sepúlveda dice: "Para Mega, es particularmente desafiante, porque estamos liderando, pero así es la televisión. Tenemos más que perder, pero hay que gozarlo más que sufrirlo", y remata: "Hay un doble sabor en esto. Está el placer de subirse al carro de la cultura, y está el sabor, un poco más amargo, de tener que hacer un sacrificio en la parrilla, sacando un programa que está teniendo 30 puntos de rating. Nuestro encargo es seducir a la gente, y El niño rojo es perfecto para aquello".