Dartmouth College canceló un proyecto de renovación de su estadio de US$15 millones porque su fondo deportivo se contrajo hasta un 18%. El ex secretario del Tesoro de Estados Unidos Hank Paulson fue jugador de fútbol de All Ivy en esta universidad en los años sesenta.
La Universidad de Harvard, la más rica de Estados Unidos, cerró su Centro Atlético Malkin para ahorrar y redujo su presupuesto de viajes. Brown University en Rhode Island está pidiendo a donantes privados que financien sus proyectos deportivos. La Universidad Cornell ha congelado sus proyectos de construcción y contratación.
La recesión más severa en 50 años podría hacer que las ocho universidades que conforman la prestigiosa Ivy League se rezaguen en el campo de juego. La economía está afectando las donaciones y los fondos universitarios y amenazando con eliminar algunos programas deportivos. Catorce presidentes de Estados Unidos y la mitad de los 110 magistrados en la historia del Tribunal Supremo han estudiado en universidades de la Ivy League, que han calculado que sus fondos institucionales se contraerán hasta un 35% este año.
"Si experimentáramos otra ronda de reducciones serias tendríamos que hablar de recortar programas", dijo en una entrevista Bob Ceplikas, de 53 años, director atlético interino de Dartmouth. "El tipo de reducciones que hemos hecho hasta el momento han reducido todo al mínimo".
Dartmouth, en Hanover, New Hampshire, frenó su proyecto de reemplazar el palco de prensa y reconstruir 7.000 asientos en el ala oeste de Memorial Field, de 90 años de antigüedad.
También recortó US$500.000 de su presupuesto de US$16 millones, eliminó dos puestos, redujo las horas de apertura del gimnasio y dijo que los US$2 millones que normalmente obtiene con la recaudación anual de fondos han caído entre un 10 y un 15%.
En Brown University, el director atlético Michael Goldberger dijo que antes de poder reemplazar empleados, debe presentar el caso para la contratación a una comisión universitaria.
DONANTES PRIVADOS
Por ello ha dejado dos puestos vacantes, y necesita donantes privados para pagar proyectos que la universidad no puede financiar. Actualmente está utilizando dinero donado "hace mucho tiempo" para hacer reparaciones al campo de hockey de los Bears en el Centro Atlético Olney- Margolies.
El director atlético de Cornell, Andy Noel, dijo que la institución, con sede en Ithaca, Nueva York, redujo su presupuesto, congeló la construcción y no está contratando.
En la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, los presupuestos de viajes deportivos fueron reducidos y la universidad cerró el Centro Atlético Malkin durante la mayor parte del verano, según un comunicado del 11 de mayo.
El presupuesto deportivo de la Universidad de Columbia en Nueva York también fue reducido, lo que hizo que la directora atlética M. Dianne Murphy pidiera a los entrenadores ingeniárselas para encontrar nuevas fuentes de ingresos.
"Ha sido un año difícil", dijo Murphy en un correo electrónico. "Dada la situación económica actual, seguimos anticipando que encararemos más retos".
PROYECTOS EN MARCHA
Algunas universidades de la Ivy League han podido proseguir con sus proyectos gracias a los fondos que fueron recaudados antes de que comenzara la recesión.
La Universidad de Princeton abrió el estadio Roberts de fútbol e instaló césped y una pantalla de video en su estadio de fútbol americano, Powers Field, antes de la recesión.
El departamento deportivo de la Universidad de Pensilvania reunió US$80 millones (su meta de siete años es de US$112 millones) y procederá con la construcción del Campo Franklin en Filadelfia que incluye un centro de musculación y un gimnasio.
La Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut, sumará 1.200 metros cuadrados (13.000 pies cuadrados) de espacio a la pista de hielo Ingalls Rink para nuevos vestuarios, áreas de entrenamiento, oficinas y centros de reunión. También está completando una renovación de tres pisos del Kenney Family Field Center de Yale Bowl.