Según la revista Variety, es "una desconsolada mezcla" entre los filmes La celebración, de Thomas Vinterberg, y Armagedón, de Michael Bay. Así de ecléctica, extraña y devastadora es la cinta Melancholia, del danés Lars von Trier, de quien se pueden decir muchas cosas, tanto buenas como malas, pero en algo en lo que todo el mundo puede estar de acuerdo es que cuando estrena una película, esta nunca pasa desapercibida.

Melancholia comienza con una serie de arrebatadoramente bellas imágenes acompañadas de la composición de Wagner, Tristan e Isolda. Una joven vestida de novia corre por un onírico bosque, aves caen del cielo muertas. Un planeta se acerca hacia la tierra en vía de colisión. Esta secuencia es, sin duda, una de las más hermosas filmadas por el danés en su carrera. Un prólogo único que da paso al relato en cuestión donde conocemos a Justine (Kirsten Dunst, en un rol ajeno a su característica "chica rubia maníaca y feliz") en lo que debería ser el día más clave de su vida: su casamiento con Michael (el ascendente Alexander Skarsgard). Una inmensa ceremonia que ha organizado su hermana Claire (Charlotte Gainsbourg) junto a su marido John (Kiefer Sutherland).

Debería ser el inicio de una etapa nueva y feliz para la joven Claire. Todo transcurre según lo planeado hasta que algo sucede con la joven novia. Una profunda pena la invade. Nada parece tan bueno, reconfortante o interesante en su vida. Pronto descubriremos que, efectivamente, un planeta desconocido bautizado como Melancolía se acerca en vía de colisión con la Tierra.

Galardonada con más de 30 premios en certámenes internacionales, Melancholia es una película de visionado obligatorio para todo amante del buen cine, quienes podrán disfrutarla justamente al aire libre, bajo las estrellas y los planetas esta noche, en el Festival de Cine de Las Condes, organizado por CorpArtes, el municipio y La Tercera, con la producción de la Corporación Cultural de Las Condes.

Estrenado en el Festival de de Cannes 2011, se vio empañado debido a las controversiales declaraciones realizadas por el director durante una conferencia de prensa, donde dijo sentir empatía por Hitler. Fue declarado persona non grata en el certamen, invitado a retirarse y, más tarde, obligado a retractarse de sus dichos. Todo esto le jugó en contra a la película. Pero dejando la polémica de lado, Melancholia se alza como una cinta importante dentro de su filmografía y, a la vez, como uno de los más asequibles.

"Si tuviera que elegir a un director para hacer una película sobre el fin del mundo, el nostálgico Von Trier, sería mi primera opción", dijo el crítico Roger Ebert. El mismo director sacó su cinta de cualquier género: "En una película de James Bond, esperamos que el héroe sobreviva. Puede ser emocionante precisamente porque sabemos lo que va a suceder, pero no de la forma en que va a suceder. En mi película es interesante ver cómo los personajes van reaccionando ante la certeza de la colisión planetaria".