Melón es uno de los principales productores de cemento en Chile y, a futuro, también quiere ser uno de los grandes de la región. Ese es el proyecto con que el grupo Brescia -una de las mayores fortunas de Perú- aterrizó en la propiedad de la compañía, a mediados de 2009, tras pagar US$ 555 millones a la multinacional europea Lafarge.
Mario Brescia, quien junto a su hermano Pedro lidera el conglomerado, insistió en el punto al encabezar el lanzamiento del libro "100 obras en nuestros primeros 100 años", el jueves por la noche. "Quiero reafirmar nuestro respaldo para que Melón llegue a ser orgullo también de Latinoamérica", dijo el empresario.
El plan de los Brescia es concreto. "El sueño es ver a Melón con unidades productivas en diferentes países latinoamericanos, en el área del cemento y en áreas ligadas a la construcción, que es sinérgica con nuestro negocio", adelantó el gerente general corporativo de la firma, Jorge Eugenin, quien llegó a su cargo hace apenas dos semanas.
El camino elegido es la compra de unidades productivas en mercados que resulten atractivos y presenten oportunidades. "Tomar mercado en este tipo de industrias es relativamente difícil, porque es un sector donde hay bastante sobre inversión y más capacidad de la que se necesita. Por eso no es una alternativa muy rentable. Lo que sí, si aparecen oportunidades de adquisición, estaremos atentos a analizarlas con cuidado", dijo el ejecutivo.
Por lo pronto, no hay una mirada hacia algún país en particular y además Eugenin aclaró que la prioridad, al menos este año y el próximo, será trabajar en rentabilizar la fuerte inversión que el grupo hizo en Chile. Melón tiene cerca de un tercio de la demanda de cemento a nivel local -el resto se reparte entre sus competidores Cementos Bio Bio, Polpaico y algunos importadores, entre los cuales está la estadounidense Búfalo-, y al igual que sus pares en el mercado, sintió fuerte el impacto de la crisis. A septiembre último, sus utilidades, que llegaron a US$ 33,4 millones, se redujeron 86% en relación con las obtenidas en igual lapso de 2008.
Este mal resultado no afectó los planes de la empresa a futuro. "Los grandes grupos económicos entienden que hay ciclos y que los estados de resultado sufren, pero el patrimonio permite tomar las oportunidades que se den y, en ese sentido, el grupo Brescia tiene la voluntad de aportar hacia el futuro", comentó el gerente.
La firma, que al tercer trimestre facturó una cifra cercana a los US$ 240 millones, maneja una planta de cemento en La Calera, en la V Región, con una capacidad productiva de 1,5 millón de toneladas anuales, además de una estación de molienda en Puerto Montt, con capacidad para 300 mil toneladas.