Podrían acusarlo de tener Síndrome de Diógenes, pero Christian Boltanski prefiere bautizarlos como "monumentos": homenajes a la vida humana, donde la acumulación de objetos cotidianos funciona como metáfora de la memoria colectiva, la identidad y la muerte. Esas son algunas de las obsesiones que el artista, uno de los más importantes de Francia, exhibirá en Almas, su primera muestra en Chile, en el Museo de Bellas Artes.
Con el apoyo de la Fundación Mar Adentro, desde el 30 de octubre Boltanski desplegará en el hall del edificio de Parque Forestal toneladas de ropa usada, organizadas en montones perfectamente ordenados, pero al mismo tiempo dispuestas al azar, que apelan a la desaparición y el paso del tiempo. Bajo el nombre de Personas, la obra se exhibió en 2010 en el Grand Palais de París y llega ahora gracias a la gestión de la curadora chilena Beatriz Bustos.
El año pasado el artista francés dio una charla en Chile, ocasión en la que se originó el proyecto de traer su obra al país. Desde hace ocho meses se inició en Chile la recolección de ropa, en alianza con la fundación local DeBuenafé que trabaja con reciclaje.
"Boltanski entiende el arte como un músico entiende una partitura, la toca varias veces, pero nunca se interpreta igual. Su obra intenta transmitir el valor de la vida humana, la idea de que el ser humano es único", dice Beatriz Bustos.
No será su única obra que llegue al país. Hasta el 4 de enero la pinacoteca nacional dedicará ocho salas de su primer piso a 30 obras representativas del artista. Entre ellas está Archivos del corazón, que recrea una consulta médica en la que el público puede grabar sus latidos. Los audios serán enviados luego a la Biblioteca Teshima en Japón, donde el artista lleva acumulado más de 15 mil latidos, como un legado para la memoria .
Hijo de padre judío y madre cristiana, Boltanski creció bajo el recuerdo de la II Guerra Mundial; el Holocausto es otro de los temas claves de su obra . El artista francés suele usar materiales frágiles como fotografías antiguas, recortes de diarios y otros objetos personales que atestiguan la vida humana.
El sonido también es otro elemento esencial que se verá reflejado en Animitas, la intervención que Boltanski realizará en el norte de Chile, en la comunidad atacameña de Talabre, donde colgará cientos de campanitas, clavadas en estacas en medio del desierto, haciendo música según el favor del viento. La acción será transmitida vía streaming en el museo. "Se trata de dar visibilidad a un gesto que es invisible y a una comunidad que también está casi olvidada", dice la curadora.
El director del museo, Roberto Farriol, cree que la obra de Boltanski conectará con el público local. "Boltanski trabaja desde las emociones, abriendo preguntas simples sobre su memoria social y personal".