Víctor Aravena es el último atleta chileno clasificado a los Mundiales de Atletismo de Londres. Corrió los 5.000 metros en el Campeonato Sudamericano de Atletismo, donde fue el único que finalmente consiguió un oro para Chile. Lo sabe y se reconoce satisfecho. Su carrera fue tal como todas en las que consigue cosas grandes: aguantó a los más veloces hasta los últimos 300 metros, para luego rematar y humillarlos. Una estrategia arriesgada, pero que maneja a la perfección. Y lo hizo en un momento complicado, pues se enfrentó al COCh por la falta de recursos que, como denunció el viernes, lo hacía sentir como a un mendigo.
Para él, como para todos los que compitieron este fin de semana en Paraguay, ésta teóricamente era la última instancia para conseguir pasajes a Inglaterra. Ser campeón sudamericano garantiza un cupo directo al certamen mundial, pero sólo uno pudo hacerlo. Por marcas, nadie.
Ayer, los últimos en colgarse medallas fueron Humberto Mansilla, en el lanzamiento del martillo, donde se quedó con la plata, con 73,16 metros, y Javiera Brahm, en el heptatlón, con una mejor marca personal de 5.168, también plata. La cuarteta nacional femenina del 4x400 cerró la participación chilena con el bronce, en una carrera de 3'40". Así, Chile acabó en el quinto puesto en el medallero sudamericano (un oro, cuatro platas y cinco bronces), eclipsado por las grandes potencias, como Brasil, Colombia y Argentina.
"Ésta es la posición natural de Chile en este momento, siempre lo hemos dicho. Estamos tranquilos, no conformes. Nos faltó Natalia Duco y Álvaro Cortez (fuera por una muestra adversa con THC, el del queque mágico)", explica el presidente de la Federación Atlética de Chile, Juan Luis Carter. Y añade: "Tenemos un problema en Chile. Nuestros atletas adultos son todos universitarios, salvo uno o dos que se dedican completamente al deporte. No es una excusa, pero es así".
Hasta ahora, son sólo seis los atletas nacionales que han conseguido un cupo al Mundial. Además de Aravena, antes ya lo habían hecho los maratonistas Enzo Yáñez, Leslie Encina y Manuel Cabrera; la balista Natalia Duco, por sus marcas obtenidas en Río, y el marchista Edward Araya. Dice Carter: "La idea de que este sea el Mundial con más atletas todavía está presente. Estamos sobre la media, que es cinco. Esperamos llevar siete. Al principio era más grande la expectativa, pero lesiones y problemas cambiaron las expectativas". El certamen que verá el final de la carrera de Usain Bolt, se disputará desde el 5 al 13 de agosto.
La pena la sienten ahora Carlos Díaz y Karen Gallardo, quienes llegaron pensando en el oro subcontinental, pero no lo lograron. El fondista estuvo a sólo 41 centésimas de imponerse al argentino Federico Bruno, en una reñida final de 1.500 metros. Fue segundo, con 3'45"69. Gallardo, en cambio, se quedó con el bronce, alejada por casi cinco metros del oro en el lamzamiento del disco. Alcanzó los 59,41metros. No fue sencillo: Andressa Oliveira, la campeona, llegó a los 64,68 metros, nuevo récord sudamericano.
Pero aún hay esperanzas mundialistas. Carter asegura que para luchar por conseguir las marcas mínimas, tres atletas irán a Europa dentro de los próximos días. "Va a viajar Karen Gallardo. Posiblemente lo hagan Macarena Reyes y Daniel Pineda, que no están lejos de la marca y esperamos que en una buena competencia puedan obtener las marcas". Lo cierto es que Gallardo está a menos de un metro de lograrlo, pues su mejor marca este año es de 60,83. La exigida por IAAF es de 61,20 en damas. En el salto largo hay mas reticencias, pues se exigen 8,15 y 6,74 metros mínimos, en varones y damas. La mejor marca de Pineda y Reyes en 2017 fueron las obtenidas el sábado, con 7, 87 y 6,51, respectivamente.