Con sólo 12 años, B.H.M ostenta el prontuario policial de un avezado delincuente. Cuarenta causas y tres fugas desde centros del Servicio Nacional de Menores (Sename) forman parte del historial del menor que ha sido objeto de varias medidas de protección, por parte de la justicia, pero que en definitiva ha crecido de la mano del abandono, las drogas y la violencia callejera.

Para la policía su nombre no es desconocido. Al robo de una casa, en el que habría participado en enero pasado, se suma el fatal accidente de abril de 2012 que le costó la vida a la profesora Viviana Fernández (53). A bordo de un auto robado, una banda embistió al vehículo de la docente cuando huían luego de un atraco.

A casi un año de aquel episodio, el pasado miércoles su nombre nuevamente alertó a Carabineros: esta vez fue detenido -junto a tres cómplices- tratando de ingresar a una casa en calle Oxford, en Las Condes, para sustraer especies.

Pese al arresto flagrante, su edad obliga a que no sea perseguido penalmente ante la justicia, ya que la legislación vigente permite que sólo los mayores de 14 años sean juzgados. Por este motivo, ayer recuperó su libertad tras asistir a un Tribunal de Familia.

PRIMEROS PASOS

El primer acercamiento de del menor con organismos del Estado data de inicios de 2008. Por esos años un programa de asistencia comunitaria de la población Santa Julia, en Macul, lo calificó como un niño en peligro de "exclusión social". El entorno del infractor, por ese entonces de 7 años y antecedentes intachables, era catalogado como un "peligro material para el niño". Es decir, estaba en "riesgo social".

Uno de los factores de riesgo que fue advertido y asistido por el Servicio Nacional de Menores (Sename), era la problemática de drogas que involucraba a su entorno familiar cercano, y la aparente preocupación del menor por conseguir dinero o sustancias ilícitas para ayudar a algunos cercanos.

Hijo de un maestro enfierrador y una dueña de casa,  desertó del colegio cuando cursaba tercero básico. Uno de sus pasatiempos favoritos sigue siendo  el fútbol. A tal punto llega su pasión, que incluso formó parte de la delantera del equipo "19 de Junio" que se reúne cada domingo en las canchas interiores de Estadio Nacional, en la comuna de Ñuñoa. "Si usted lo tuviera al frente, ni se imaginaría lo que él es capaz de hacer. El empezó en esto como de los 9 años, por las amistades que tiene", asegura un primo paterno del menor, que pidió reserva de su identidad.

"Comenzó robando en los supermercados con sus amigos. Partió con juguetes chicos, que los veía más bien como una travesura. De ahí pasó al robo de casas. Comparte harto tiempo con el papá, pero a veces también  se desaparecía por algunos días y nadie sabía dónde estaba", dice el mismo familiar del menor detenido.

40 CAUSAS

El 27 de septiembre de 2010 es una fecha clave en su vida.  Ese día Carabineros lo detuvo por participar de un robo frustrado. Una semana después, nuevamente la policía lo arrestó por un delito similar. Meses más tarde, en abril de 2011, fue detenido por presuntamente participar en un robo a una casa. En total, según los registros policiales, el menor acumula actualmente 40 causas "por diferentes infracciones y vulneración de sus derechos".

Una de las medidas que adoptaron las autoridades fue derivarlo a terapias multisistémicas a cargo de la Subsecretaría de Prevención del Delito, a fines de 2012.

Por esta razón, el menor fue internado en un centro del Sename de Playa Ancha, en la V Región, y a fines de 2013 se pidió a la Corte de Apelaciones de esa ciudad, que el niño continuara la terapia en su casa. Sin embargo, el régimen no obtuvo resultados por "conflictos familiares", aseguran desde la cartera de gobierno.

Desde la subsecretaría, detallan que las tarapia e intervenciones se ha aplicado a cerca de 800 familias y tendrían una efectividad que bordea el 70%. Ayer, tras la audiencia en el Tribunal de Familia, se revisaron nuevas medidas de protección para el menor.