En las altas montañas del desierto de Chile, cuyos yacimientos de cobre se cuentan entre los mayores del mundo, los propietarios de minas han reducido la inversión en un recurso clave sin el cual no pueden vivir: el agua.
Hacen falta miles de millones de litros para extraer mineral de tierra que contiene menos de un 1% de cobre. La compañía estatal Codelco usó el año pasado suficiente agua para llenar 44 veces el Wembley Stadium de Londres, y los ductos trasladan cada vez más agua desde el Pacífico hasta minas que están más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Pero el derrumbe del precio de las materias primas obligó a los productores del metal a reducir el gasto. En Chile, por lo menos cinco proyectos de desalinización se postergaron o se redujo su magnitud en los últimos cuatro años a pesar de que la demanda de agua creció y de que una sequía hizo disminuir las reservas. Las minas que envejecen contienen menos cobre, de modo que hay que procesar más mineral para obtener la misma cantidad de metal, y las comunidades locales compiten con la industria por el agua y la agricultura. Eso podría significar problemas una vez que el metal se recupere.
"Si les lleva demasiado tiempo empezar a construir esas plantas, corren el riesgo de no estar preparados para responder", dijo Jacques Wiertz, un profesor de la Universidad de Chile que se especializa en desalinización y que esta semana coordina una conferencia en Santiago sobre el uso del agua en la industria. "En el norte, las compañías mineras se ven muy presionadas a aprovechar el agua al máximo debido a la escasez".
La Comisión Chilena del Cobre, Cochilco, pronostica que el sector necesitará una cantidad mucho mayor de agua de mar, lo que significa más bombas, plantas de tratamiento y ductos que se extiendan más de 150 kilómetros y asciendan por un terreno montañoso andino árido y accidentado. En los próximos 10 años, la mitad del agua utilizada procederá del océano, en comparación con el 15% actual, dijo Cochilco.
En momentos en que varios proyectos de agua están detenidos o se ha reducido su tamaño, la capacidad de Chile de aumentar las reservas podría verse limitada una vez que los precios empiecen a recuperarse, lo que Codelco dice que podría empezar a pasar el año próximo. Más adelante durante esta década podría haber escasez del metal, según Rio Tinto Group, mientras que Freeport-McMoRan Inc, la mayor compañía productora de cobre que cotiza en bolsa, estima que habrá déficit en el mercado el año próximo.
Los precios del cobre en la Bolsa de Metales de Londres –LME por la sigla en inglés- cayeron 58% respecto de un récord de 2011, y tres años consecutivos de caída obligaron a algunos productores con costos elevados a reducir la producción o cerrar minas. El metal ha subido alrededor de 6% después de tocar el punto más bajo en seis años en enero.
El gobierno chileno redujo en abril su pronóstico sobre el total de proyectos mineros de la próxima década a alrededor de US$50.000 millones, en comparación con una estimación de más de US$70.000 millones del año pasado. No especificó qué porcentaje de ese gasto correspondería a proyectos de agua.