Llegan a los consultorios después del horario de clases, con dudas sobre los mecanismos para evitar embarazos y con una vida sexual ya iniciada. Así, de acuerdo a las cifras del Ministerio de Salud (Minsal), las menores de 14 años que utilizan métodos anticonceptivos se triplicaron en los últimos cinco años en el país.

Eso revela el último reporte del Departamento de Estadísticas e Informaciones de Salud, que muestra que el año pasado habían 23.475 adolescentes registradas en el programa de control de regulación de fecundidad estatal, es decir, un 239% más que las 6.917 contabilizadas en 2011.

De este grupo, la amplia mayoría son mujeres, de entre 13 y 14 años, que son asistidas por matronas. Sin embargo, también hay hombres, que acuden a buscar condones.

La población general que participa de este programa también ha crecido, pero en menor proporción. Eso, pues pasaron de 1,2 millones a 1,9 millones, en el mismo período, configurando un alza del 52%.

Para el Minsal, el aumento de las menores en control refleja el éxito de las campañas de acogida para los adolescentes que inician su actividad sexual de forma precoz. "La edad de iniciación sexual se adelantó. En la medida de que un menor de 14 años haya iniciado su actividad, lo ideal es que tenga una regulación de fertilidad para prevenir los embarazos y las infecciones de transmisión sexual. Es decir, tener una consulta con una matrona que le dé consejería sobre este tema", agregó Carolina Asela, jefa del departamento de Ciclo Vital del Minsal.

Asela añadió que el incremento de los adolescentes en control justifica la caída de los casos de madres menores de 15, que pasaron de 923 en 2011 a 678 el año pasado. "Hace 10 años había menos acceso, pero hemos desarrollado estrategias de prevención de embarazo y acogida del adolescente. Afortunadamente, estas han dado resultado y las tasas de embarazo siguen disminuyendo", sostuvo.

Asimismo, la ministra de la cartera, Carmen Castillo, atribuyó esto a la creación de los "Espacios Amigables", áreas instaladas dentro de 193 consultorios, a nivel nacional, que atienden en forma confidencial, con horarios especiales y enfocados en adolescentes. Allí, los jóvenes reciben orientación de una matrona e información sobre los métodos anticonceptivos y riesgos de enfermedades, entre otros.

"Estamos trabajando con el Ministerio de Educación para ir aclarando mitos en cuanto a una sexualidad sana, que se asocia con el afecto, y otros elementos que no estaban presentes. Hace años se había trabajado esto con las Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad (Jocas), pero hoy son los Espacios Amigables, que permiten que jóvenes y niños reciban información clara y precisa", señaló Castillo.

Anticonceptivos

La presidenta del Colegio de Matronas, Anita Román, afirmó que a las menores se les suele recetar "anticonceptivos de larga duración o implante subcutáneo, que es un pellet que se pone debajo de la piel y dura tres años. Esta es una forma de cautelar que el método no se tome por descuido o por olvido".

Asela agregó que se prefiere este dispositivo para este grupo, pues se evita "la rigurosidad que significa un anticonceptivo hormonal, que obliga a tomar pastillas a diario y en el mismo horario. El larga duración, en cambio, permite en un solo momento asegurar la anticoncepción por lo menos durante tres años".

Preocupación

El ex presidente de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología Infantil y de la Adolescencia, Jorge Sandoval, explicó que es positivo que las menores tomen control de su fecundidad, pero que es "un problema grave el que tengamos niñitas con relaciones sexuales tan precoces. Ahí no se ha logrado una solución". Añadió que en el sistema privado "prácticamente no se ve" a menores de 14 años consultando por métodos anticonceptivos, pues las cifras de embarazos varían por nivel socioeconómico: "Si se compara, Vitacura tiene 0% de embarazos adolescentes, contra casi un 30% en los sectores más marginales".

El profesor de obstetricia y ginecología de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, Ramiro Molina, planteó que es positiva la madurez de este grupo, pero que falta que, por ley, se imparta educación sexual en colegios: "Las niñas inician las actividades sexuales y van a pedir ayuda. Esto quiere decir que nadie enseña los riesgos de una sexualidad precoz".

La matrona y docente de la Escuela de Obstetricia de la U. Diego Portales, Julieta Aránguiz, dijo que "el mayor problema de salud al cual nos enfrentamos es el aumento de las infecciones de transmisión sexual. Por ello, la misión está en reforzar el uso constante y correcto del preservativo, en ambos sexos y junto a otros métodos de anticoncepción".

En tanto, el decano de la Facultad de Medicina de la U. San Sebastián, Luis Castillo, miró con preocupación estas cifras. "No me parece bien que las menores que piden anticonceptivos sean tan pequeñas. Cada etapa generacional hay que respetarla. El primer educador de los hijos en materia sexual es la familia, no el Estado ni los médicos", dijo.