Un doctorado es el grado académico universitario más alto que se puede alcanzar. En 2015, en Chile existían 7.200 doctores, pero pese a que son un pilar importante en el desarrollo del país, y que pueden desempeñarse tanto el sector público como privado, el campo laboral en el que se insertan una vez egresados se concentra casi exclusivamente en el ámbito universitario. De hecho, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Educación, un 80% de ellos trabaja en planteles universitarios desarrollando investigaciones o dictando cátedras.

Esto, sin embargo, es una tendencia que expertos aseguran está cambiando. Es así como en 2010, el 90% de los graduados llegaba a trabajar a una universidad, pero actualmente en áreas como ciencia y tecnología, la proporción es que un 70% se queda en la academia, y un 30% en el sector productivo público o privado.

Para Sol Sierra, vicerrectora de investigación de la U. Católica, esta relación "es nueva e indica una tendencia que obedece a una política de comprender los cambios y a la vez provocarlos, pues estamos convencidos que esta diversidad es un gran aporte para el desarrollo del país".

Además, añade que la tendencia mundial es que los doctorados "dejaron de ser el camino de perfeccionamiento para la academia solamente. Por el contrario, hay muchos que se insertan en el sector productivo público o privado, como ocurre en el hemisferio norte".

En esa misma línea, la directora de Postgrados de la U. de Chile, Alicia Salomone, asegura que es muy importante continuar abriendo las oportunidades laborales de los doctores afuera de la academia. "Nos parece importante que áreas como empresas, organizaciones no gubernamentales o el propio gobierno, cambien su actitud respecto de la contratación de doctores y comprendan la importancia de ellos. Son personas que, más allá de ser especialistas en un área, son capaces de resolver problemas complejos", dijo.

Por su parte, el presidente del Consejo de Sociedades Científicas de Chile, Jorge Babul, aseguró que "en países desarrollados, es mayor el número de doctores que va a las empresas que aquellos que van a las universidades" .

En ese sentido, el académico señaló que se necesita un mayor desarrollo de doctores, pero para eso es imprescindible entregar mayor apoyo a las universidades, algo actualmente que a su juicio no ocurre. "Las ciencias ni siquiera figuran en el nuevo proyecto de educación superior y eso es muy negativo. Hay que comprender que esta constituye un pilar fundamental donde este país se sostiene y con el cual debiera avanzar, para que todo el mundo esté mejor".

Además de la incipiente apertura del campo laboral para quienes realizan doctorado, también ha aumentado la cantidad de planteles que los imparten. "Durante los últimos 10 años, la oferta de doctorados se ha incrementado en un 25% aproximadamente en universidades del Cruch y en más de un 100% en las privadas", señaló Sierra, quien agregó que de los 247 programas de doctorados que existe, la U. Católica tiene 34, de los cuales 33 están acreditados.

Por su parte, la U. de Chile cuenta actualmente con 38 programas de doctorados. Según señala Salomone, el objetivo actual es la internacionalización. "Tenemos un 12% de estudiantes internacionales en nuestros doctorados y estamos haciendo campañas de difusión, porque nos interesa mucho captar buenos estudiantes de países que a lo mejor no tienen las condiciones de graduar a sus propios doctores y pueden estar interesados en realizarlos aquí".

Pero en el caso de los chilenos, esta tendencia es al revés. Según explicó Babul, una de las preocupaciones es que "ha bajado el entusiasmo por incorporarse a programas doctorales por los problemas que ha tenido Conicyt, que es la institución que administra las becas para realizarlos. En el último tiempo los estudiantes, incluso, prefieren salir al extranjero, sin los compromisos de retorno".

En esa línea, Sierra asegura que es fundamental promover la formación de doctores en el país, ya que ellos "generan una fuerte masa crítica de conocimiento. El período de estudios de doctorado es muy productivo en los jóvenes".