Los responsables de política monetaria de  la Reserva Federal estadounidense (banco central, Fed) se abstendrían de tomar  nuevas medidas de estímulo a la economía en su reunión de martes y miércoles, a  la espera de una mayor claridad sobre el panorama económico en Estados Unidos,  coinciden expertos y operadores del mercado.

El Comité de Política Monetaria de la Reserva Federal (FOMC) se reunirá  durante dos días en Washington, en una cita marcada por el débil crecimiento de  la primera economía mundial.

"No esperamos que la Fed adopte medidas adicionales en la próxima reunión  ya que la división ideológica entre sus miembros sigue siendo fuerte", dijeron  analistas del banco BBVA, que expresaron un consenso cada vez más fuerte en  Wall Street en este sentido.

Con pocas herramientas sin utilizar y con perspectivas sombrías, la Fed ha  sido reacia a adoptar una tercera ronda de alivio cuantitativo (compra de bonos  para inyectar liquidez al mercado), conocida con la sigla de QE3.

En cambio, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, y sus colegas han  preferido esperar y ver si la reciente desaceleración ha sido un bache o un  indicio de que se acercan tiempos más difíciles.

"Esperamos que en la próxima reunión se discuta de forma seria una tercera  ronda de alivio cuantitativo", afirmó BBVA. "Sin embargo, es más probable que  la Fed anuncie el QE3 en la reunión de septiembre", estimó.

La semana pasada, la economía sumó más indicadores negativos cuando el  Departamento de Comercio informó que el crecimiento del segundo trimestre fue  solamente de 1,5%.

El Departamento de Comercio, también publicó una revisión de los datos de  los últimos años, lo que mostró que la recesión fue más leve y la recuperación  más irregular de lo que se pensaba.

Contra la adopción de medidas de impulso planean las dudas sobre si una  política todavía más expansiva por parte de la Fed marcaría una diferencia en  la evolución de la economía estadounidense.

"Los banqueros centrales han estirado las reglas lo más posible", dijo Tony  Crescenzi, de Pimco, principal gestor mundial de bonos.

"La Fed podría implementar otra ronda de compra de bonos, recortar las  tasas, bajar el interés que paga a los bancos por las reservas, extender la  promesa de mantener la tasa en un nivel bajo o quizás considerar alguna forma  de facilidad crediticia", destacó.

"Si la Fed hiciera cualquier cosa de este tipo implicaría un valiente  esfuerzo de parte de Bernanke, pero no lograría enderezar las cosas", agregó.

Así, esperar hasta septiembre podría suponer también un problema político  para la Fed, que guarda celosamente su independencia.
Los republicanos, cuyas opciones de llegar a la Casa Blanca dependen en  parte del débil estado de la economía, han presionado recientemente a Bernanke  para que deseche cualquier posibilidad de realizar más estímulos.

Bernanke se ha negado a atarse de manos, pero si actúa en septiembre, a  pocas semanas de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre, las  repercusiones probablemente serían considerables.

Y con las nuevas cifras de empleo que serán publicadas este viernes, que se  espera que muestren que el desempleo sigue estando en un nivel preocupante,  Bernanke y sus colegas pueden verse contra las cuerdas.