Un potencial fenómeno El Niño, que causaría estragos en las cosechas del mundo, afectaría las rutas navieras y provocaría un alza en los costos del transporte de carga, afectando sobre todo a proveedores e importadores de alimentos que cubren sus requerimientos desde destinos lejanos.
El Niño, un calentamiento de las aguas superficiales del Pacífico, puede desencadenar inundaciones y sequías en diferentes partes del mundo, golpeando la producción de alimentos claves como el arroz, el trigo y el azúcar.
Cada vez más meteorólogos prevén que El Niño volverá en el 2014 después de cinco años.
Durante eventos anteriores, el principal índice de transporte marítimo de carga del Baltic Exchange de Londres subió significativamente. En febrero del 2009 cuando apareció El Niño, el índice BDI estuvo en 1.099 puntos y llegó a 2.998 en marzo del 2010 antes que el fenómeno retrocediera.
Desde marzo de 2006 a febrero de 2007, pasó de 2.708 a 4.765.
El último evento de El Niño ocurrió desde 2009 al 2010, y desde entonces las aguas del Pacífico han estado más frías, en un fenómeno llamado La Niña, o en condiciones neutras.
Para los mercados de contenedores marítimos, que también transportan carga refrigerada como bananas, El Niño es menos positivo.
"En tierra, los volúmenes de alimentos y bananas desde Ecuador y América Central podrían verse severamente afectados", dijo Ole Schack Petersen, del principal grupo de transporte de contenedores del mundo, Maersk Line.
Según el ejecutivo, el mundo no podrá compensar menores volúmenes transportados de banana desde Ecuador y Colombia porque "no hay zonas proveedoras claves que puedan cubrir una seria reducción en la producción de esos países".
Petersen dijo que en caso de impactos negativos, Maersk podría cambiar el despliegue de su flota en la región.