2012 fue un año en que en ocasiones la política se impuso a los principios económicos, desde los temores respecto de una desintegración de la zona del euro al nerviosismo en relación con la política presupuestaria de los Estados Unidos. En 2013, las cuestiones de seguridad podrían hacer lo mismo.
En Medio Oriente, los Estados Unidos e Israel se encuentran camino a una colisión con Irán por el programa nuclear de ese país, un choque que podría afectar los mercados de petróleo durante todo el año.
La región también se ve sacudida por los enfrentamientos en Siria, que amenazan con intensificarse y extenderse. En Asia, una disputa territorial no resuelta entre China y Japón ya ha afectado las relaciones comerciales y ha perjudicado a compañías como Toyota Motor Corp., además de contribuir a que Japón volviera a sumirse en la recesión.
"La incertidumbre en relación con Irán y con otros lugares del mundo es muy real", dijo el almirante retirado Michael Mullen, ex presidente del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos. "El impacto económico global de otra guerra en esa parte del mundo sería muy draconiano".
Los inversores parecen minimizar los riesgos, según estrategas de Bank of America Corp. Una encuesta de inversores de crédito de los Estados Unidos que llevó a cabo el banco el mes pasado determinó que sólo el 6 por ciento mencionaba el mayor costo del petróleo crudo como una gran preocupación.
Los bonos de todo tipo se encaminaban en el mundo a retornar 5,84 por ciento este año al 14 de diciembre, aproximadamente lo mismo que en 2011, la mayor cantidad desde 2002, según el índice Global Broad Market de Bank of America Merrill Lynch, que analiza más de 21.000 valores con un valor de mercado de alrededor de US$45,9 billones.
Mayores retornos
El S&P 500 ha retornado este año 16 por ciento –incluidos dividendos-, en comparación con un retorno promedio de año calendario de 3,5 por ciento desde 2000, según datos que recopiló Bloomberg.
Las mediciones de volatilidad también sugieren que los mercados financieros no se muestran especialmente preocupados por peligros geopolíticos ni de otro tipo, dijo Robert Engle, ganador del Nobel de Economía en 2003 y profesor de finanzas de la Facultad de Administración Stern de la Universidad de Nueva York.
El índice de volatilidad de la Bolsa de Opciones de Chicago, CBOE por la sigla en inglés, conocido como el VIX, ha declinado este año un 30 por ciento.
Russ Koesterich, máximo estratega de inversión de BlackRock Inc. en Nueva York, dijo que los inversores podrían querer tener "cierta exposición a empresas de energía" que se beneficiarían de precios más altos del petróleo.
Baja volatilidad
El VIX también podría aumentar si las tenciones en lugares como Medio Oriente se agravan. "La volatilidad es muy baja, por lo que podría crecer", dijo el 12 de diciembre a la prensa Koesterich, cuya compañía administra US$3,7 billones, en una presentación desde Tokio. "La geopolítica no está muerta".
Confluence Investment Management recomienda a los inversores colocar entre el 5 y el 10 por ciento de su dinero en "activos duros", tales como oro, como protección contra riesgos geopolíticos y financieros, dijo Bill O'Grady, estratega jefe de mercado. La compañía, que tiene sede en St. Louis, administra más de US$1.500 millones.
En los últimos días de 2012, los mercados financieros se concentran en Washington, donde el presidente Barack Obama trata de llegar a un acuerdo con los legisladores republicanos para evitar más de US$600.000 millones de aumentos de impuestos y recortes del gasto automáticos el año próximo. Un fracaso llevaría a los Estados Unidos a la recesión, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, que no responde a ningún partido.
La preocupación ante el endurecimiento fiscal estimado "ya afecta decisiones de contratación y de inversión de las empresas al generar incertidumbre" o "pesimismo", dijo el presidente de la Reserva Federal, Ben S. Bernanke, en una conferencia de prensa del 12 de diciembre en Washington. "Sin duda es un gran factor de riesgo".
Rescate postergado
La política también ha estado en primer plano en la zona del euro en el último año. Las elecciones griegas de junio retrasaron un rescate conforme ganaban terreno los gobernantes opuestos a la austeridad. François Hollande llegó al poder en Francia cuestionando las estrategias alemanas de lucha contra la crisis, mientras que España postergó la solicitud de un rescate impopular en el plano político.
Los mercados de bonos italianos sufrieron este mes una conmoción cuando el primer ministro Mario Monti anunció su intención de renunciar tras perder el apoyo del partido del ex premier multimillonario Silvio Berlusconi, que ahora hace campaña contra la agenda de austeridad de Monti con miras a una elección que probablemente se celebre en febrero.
La aparente falta de preocupación por parte de los inversores en relación con los acontecimientos en Medio Oriente no es sorprendente, según Robert McNally, un ex asesor de energía de la Casa Blanca y actual presidente del Rapidan Group en Bethesda, Maryland, una compañía de análisis de políticas y mercados de energía.
Durante los últimos nueve años, los Estados Unidos e Israel han advertido que no tolerarán más avances del programa nuclear de Irán, dijo, pese a lo cual nada ha pasado.
Vacío de poder
El precio del petróleo aumentaría más de US$20 por barril si fracasan las negociaciones para resolver el conflicto y hay un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán, según una encuesta de octubre de Rapidan entre dos docenas de operadores y analistas de petróleo.
Las consecuencias para la economía mundial de un ataque militar serían "graves", según McNally.
Los mercados ya incorporan una prima de US$10 a US$15 por barril para dar cuenta del riesgo de interrupciones de la oferta en Medio Oriente, dijo Nariman Behravesh, economista jefe de IHS Inc. en Lexington, Massachusetts. Estimó que las posibilidades de una ataque contra Irán en 2013 eran de entre 20 y 30 por ciento.
El mundo podría tender a un incremento aun mayor de las tensiones geopolíticas en los próximos años, según Stephen Jen, uno de los fundadores del fondo de cobertura londinense SLJ Macro Partners LLP. Un índice en cuya elaboración colaboró y que se basa en elementos que comprenden los gastos militares y el consumo de energía muestra que el poder está más disperso que nunca desde 1815, si bien los Estados Unidos y China son los países que más poder tienen.
"Cuando hay un vacío de poder, los países ejercen su propia fuerza militar o entran en conflicto con vecinos", dijo Jen, un ex economista del Fondo Monetario Internacional. "Ya empezamos a ver puntos de tensión localizados, y es difícil ser optimistas en ese contexto".