La farmacéutica Merck anunció hoy que cerrará ocho plantas de producción, incluidas algunas en México y Brasil, y ocho centros de investigación y desarrollo, dentro del plan de reorganización puesto en marcha tras su fusión, en noviembre de 2009, con la empresa Schering-Plough.
Durante la segunda mitad de este año comenzarán a cesar de forma paulatina las operaciones en las plantas de producción que tiene en Azcapotzalco y Coyoacán, ambas en México, y también en Santo Amaro, en Brasil.
También se procederá a clausurar las actividades en otras instalaciones en Cacem (Portugal), en Comazzo (Italia) y en otra planta de Singapur, y se propone además desprenderse de las instalaciones que posee en Mirador (Argentina) y Miami Lakes (EE.UU.).
La farmacéutica estadounidense precisó en un comunicado de prensa que la producción en esas plantas será transferida a otras sedes y que después de esas y otras medidas ya adoptadas, su red mundial de plantas de producción pasará de 91 a 77 fábricas.
El plan de reestructuración incluye además el cese de operaciones en ocho centros de investigación en un plazo de dos años, incluidos los que tiene en Montreal (Canadá) y en Cambridge (Massachusetts).
A ellos se unirán otros ubicados en las localidades holandesas de Boxmeer, Oss y Schajik; en Odense (Dinamarca); en Waltrop (Alemania) y en Newhouse (Escocia), después de lo cual su red mundial de centros de investigación quedará integrada por 16 instalaciones.
La farmacéutica estadounidense manifestó que se mantienen las previsiones de que la nueva compañía resultante de la fusión tendrá una plantilla inferior en torno a un 15% respecto de la previa al acuerdo con Schering-Plough y agregó que continuará contratando personal nuevo en áreas estratégicas a medida que lo considera necesario.
"Estos cambios son cruciales para impulsar el crecimiento en el futuro y cumplir la promesa de ser un líder mundial en atención sanitaria por mucho tiempo", manifestó el presidente y consejero delegado de Merck, Richard Clark, en un comunicado de prensa.