La canciller alemana, Angela Merkel, culpó al desastre nuclear de Fukushima, en Japón, de la histórica derrota de su partido Unión Demócrata Cristiana (CDU) en el feudo de Baden-Württemberg, el estado que los democristianos gobernaban desde hace 58 años.
El debate sobre la catástrofe atómica "fue claramente un motivo", sostuvo Merkel en un balance de los comicios de ayer domingo. "Fue un día doloroso para toda la CDU y marca un antes y un después en la historia del partido", admitió la presidenta de la CDU.
Se trata del tercer territorio que pierde la coalición de centroderecha a cargo de Merkel desde que asumió el poder en octubre pasado.
Los comicios estuvieron dominados por el debate en torno al uso de la energía nuclear según reconocieron gran parte de los electores al salir de las urnas.
Además de disponer una moratoria de tres meses al plan de ampliación, el gobierno de Berlín ordenó que fueran desconectadas las siete plantas más antiguas y creó una comisión ética encargada de estudiar las implicaciones y los límites del uso de esta energía.
Merkel anunció que mantendrá los planes para revisar el programa atómico alemán y presentar conclusiones hasta mediados de junio sobre el futuro de la energía nuclear en el país. Dijo que la seguridad de los reactores es primordial, pero recordó que también lo son el costo de la energía y la garantía del suministro energético.
Pese a la derrota, la propia canciller fue defendida por los miembros de su partido, aseguraron líderes democristianos. "Cuando uno sufre una derrota electoral como ésta no se puede decir: todo está bien y seguimos como hasta ahora. Pero la señora Merkel no se ve perjudicada como presidenta de la CDU", declaró el ministro alemán de Medio Ambiente, Norbert Röttgen.
La hermana bávara de la CDU, la Unión Social Cristiana, salió en defensa de la mandataria: "El que quiera abrir un debate sobre Merkel se las verá conmigo", amenazó el presidente de la CSU y primer ministro bávaro, Horst Seehofer.
El vicejefe de gobierno y presidente del Partido Liberal (FDP), Guido Westerwelle, también trató de acallar las especulaciones en torno a su propio futuro político.
Westerwelle aclaró que el FDP no podía culpar de la derrota exclusivamente al desastre nuclear en Japón. "Estas discusiones no nos hubieran golpeado tan fuerte si hubiésemos estado en mejor forma".