Durante un foro ruso-alemán que se celebró en Moscú, la canciller alemana Angela Merkel cuestionó la detención de las Pussy Riot y dijo que dicha situación no es imaginable en su país.
"No sé si había que haber enviado a las chicas a la cárcel. No sé si eso habría pasado en Alemania", dijo Merkel frente a una nutrida representación de ministros de ambos gobiernos.
La canciller germana ha criticado en varias ocasiones en los últimos meses el retroceso de las libertades desde el retorno de Putin al Kremlin en mayo pasado. Aseguró que Rusia "no debe tomarse cada crítica como destructiva" y llamó a Moscú a tener en cuenta la opinión de la oposición.
"No sólo el gobierno tiene opinión propia. Nosotros también nos tomamos en serio la opinión de la oposición. No hay que tener miedo de que la gente tenga otros puntos de vista. Siempre se puede aprender algo de los otros", dijo. Merkel comentó que si se enfadara cada vez que lee una crítica en el periódico contra su gobierno "no duraría ni tres días".
"Entendemos que Alemania y Rusia dependen uno de otro. Nuestra cooperación económica se desarrolla de manera excelente. Alemania necesita materias primas rusas, petróleo, gas y metalurgia. Nosotros podemos ayudar a Rusia en medicina e infraestructura", apuntó. La canciller añadió: "Que nosotros seamos buenos socios en el ámbito económico, eso no significa que no podamos discutir otros asuntos".
En respuesta, Putin instó a los presentes a analizar el caso de Pussy Riot, dos de cuyas integrantes cumplen condenas de dos años de cárcel, "desde todos los puntos de vista".
"Nosotros escuchamos a nuestros socios. Pero ellos han oído algo que ocurre muy lejos. Por ejemplo, la canciller ha aludido a las chicas que se encuentran en la cárcel por su actuación en la iglesia". "¿Pero sabe ella (la canciller) que una de ellas (Pussy Riot) colgó el muñeco de un judío y dijo que había que librar Moscú de esa gente? Nosotros y ustedes no podemos apoyar a gente que defiende posturas antisemitas".
La decimocuarta ronda de consultas ruso-germanas se produce en un momento delicado en las relaciones debido a las crecientes críticas en Berlín por la situación de los derechos humanos y las libertades civiles en Rusia.
Según el vicepresidente del grupo parlamentario de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Andreas Schockenhoff, ciertas leyes y decisiones adoptadas por el Estado ruso en los últimos meses demuestran que "ve en la actividad ciudadana una amenaza, y no un elemento constructivo del sistema democrático".
Al respecto, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que en Moscú saben perfectamente que en los últimos meses "se ha agudizado la retórica antirrusa" en Alemania.
Atribuyó este hecho a la proximidad de los comicios federales en Alemania, que se celebrarán en octubre de 2013, y al deseo de algunos políticos de "ganar puntos adicionales" en la carrera electoral.