La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, mantuvieron hoy un tenso encuentro en Ankara que evidenció sus diferencias en asuntos como colaboración militar, judicial y migratoria.
Merkel se reunió al mediodía con Erdogan, en una entrevista que duró dos horas y media, y por la tarde se entrevistó con el primer ministro, Binali Yildirim, tras una visita al Parlamento, bombardeado durante el intento golpista.
En la rueda de prensa que siguió a su encuentro con la canciller alemana, Erdogan insistió en que se debe mejorar la cooperación antiterrorista con Alemania, país que alberga, recordó, a tres millones de turcos.
Merkel respondió que Turquía hace bien en castigar a los autores del golpe, pero pidió que la responsabilidad penal se establezca de forma individual, recogiendo así las denuncias de que las acusaciones de golpismo se hacen de forma genérica. "Le dije (a Erdogan) que debe respetarse la libertad de expresión, la libertad de prensa", señaló la mandataria durante la rueda de prensa, transmitida en directo por las emisoras locales.
"Estamos comprometidos con la lucha contra el terrorismo, pero los procesos de extradición se deben evaluar en los juzgados; algunos han dicho que no se puede extraditar y tenemos que respetar la independencia judicial", subrayó.
Según el diario turco Sabah, entre 2007 y 2016 Turquía pidió a Alemania la extradición de 143 personas, muchas de ellas supuestos miembros del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) o de la extrema izquierda, pero solo consiguió la entrega de tres acusados, con 115 casos ya rechazados.
Durante su posterior rueda de prensa con Yildirim, la canciller subrayó que Alemania considera al PKK terrorista y prometió que se investigarían cuidadosamente las alegaciones respecto a los vínculos de la guerrilla en Alemania.
Por otra parte, aprovechó para quejarse de que los imames de la Ditib, la federación islámica turco-alemana que depende de Ankara, espiaran a sus fieles en Alemania para informar sobre posibles simpatizantes del predicar conservador Fethullah Gülen, algo que contraviene la ley, dijo la canciller, y "no debería ocurrir".
En relación con otro tema fundamental, la política migratoria, Merkel subrayó que el acuerdo entre UE y Ankara "debe seguir vivo". La prensa turca ha adelantado que una de las bazas de Erdogan para presionar a su invitada sería la opción de volver a permitir la migración clandestina hacia Grecia, con la perspectiva de nuevas oleadas de refugiados ante las próximas elecciones germanas, fijadas para septiembre.