La canciller alemana, Angela Merkel, enfrentó hoy la mayor crisis política de su carrera, luego que fracasara su intento de formar una coalición de gobierno, situación ante la cual señaló que resultaría "mejor" celebrar nuevas elecciones que formar un gobierno en minoría y resaltó que ella está dispuesta a volver a encabezar a su partido en unos eventuales comicios.

La canciller -que ha liderado tres coaliciones desde 2005- ganó el pasado 24 de septiembre sus cuartas elecciones generales con una importante fuga de votos y los resultados le dejaron poco margen de maniobra para gobernar con una mayoría parlamentaria estable.

Sus declaraciones se produjeron luego que fracasaran las negociaciones con liberales y verdes para formar el gabinete y después del rechazo del Partido Socialdemócrata (SPD) a reeditar la gran coalición. "El presidente alemán (Frank-Walter Steinmeier) tiene ahora la última decisión. Si ahora hay nuevas elecciones -si hubiese, debo decir- no las temo en absoluto. Prometí en la campaña electoral estar cuatro años disponible", afirmó Merkel.

Según el diario The New York Times, los rápidos sucesos empujan a Alemania, paladín de la estabilidad en Europa, a su peor período de incertidumbre política desde la Guerra Fría. También "genera dudas sobre la longevidad política de Merkel, considerada como la mayor defensora de los valores democráticos y las libertades.

"Este es un territorio inexplorado desde 1949. Estamos enfrentando un período extendido de inmovilidad política, que no sólo no se irá pronto, sino no tiene una clara salida", dijo al diario neoyorquino Thomas Kleine-Brockhoff, director de la oficina de Berlín del centro de estudios German Marshall Fund.

Sin embargo, esta inestabilidad en Alemania no sólo tendría consecuencias en el país, sino también en Europa. Para el diario The Guardian, el colapso en las conversaciones y la posibilidad de nuevas elecciones genera más incertidumbre para el gobierno británico respecto del Brexit, debido a que espera una fuerte coalición en Alemania para facilitar las negociaciones. También causa preocupación en Francia, donde el Presidente Emmanuel Macron, tiene sus fichas puestas para llevar adelante la reforma a la eurozona en asociación con Alemania.