La canciller alemana, Angela Merkel y el presidente francés, Francois Hollande, agradecieron hoy al líder ruso, Vladímir Putin, que presionara a los separatistas prorrusos para que aceptaran el acuerdo alcanzado en la cumbre de Minsk.

"Al final el presidente Putin ejerció presión sobre los separatistas para que aceptaran declarar un alto el fuego desde la medianoche del domingo", dijo Merkel a medios alemanes antes de abandonar la capital bielorrusa.

Por su parte, en declaraciones a una televisión francesa, Hollande también "se mostró agradecido al presidente Putin por ejercer la debida presión sobre los separatistas".

Merkel destacó también que el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, "ha hecho todo para hacer posible que se ponga fin al derramamiento de sangre" en el Este de Ucrania. 

"No me hago ilusiones. Todavía hace falta muchísimo trabajo. Pero hay una posibilidad de que las cosas mejoren. No lo hemos logrado todo pero tenemos una esperanza para Ucrania y por ello para Europa", dijo.

La líder alemana, que estuvo reunida con sus colegas ucraniano, ruso y francés durante 15 horas en el Palacio de la Independencia de Minsk, advirtió que "todavía tenemos muchos obstáculos ante nosotros pero hay más esperanza que si no hubiéramos alcanzado nada".

"Por eso podemos decir que la iniciativa ha merecido la pena", recalcó.

Al término de la cumbre, Putin anunció que se ha acordado un alto el fuego en el este de Ucrania desde las 00.00 horas del 15 de febrero (19.00 hora chilena del día 14).

El documento, que fue firmado por los líderes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, recoge un conjunto de medidas para la aplicación de los acuerdos de Minsk firmados en septiembre de 2014.

Putin reconoció que el acuerdo contempla la retirada del armamento pesado desde la actual línea del frente en la que se encuentran las tropas ucranianas y desde las posiciones que ocupaban los rebeldes en el momento de los acuerdos de Minsk (de septiembre).

Antes de la cumbre de Minsk, los negociadores rebeldes habían insistido en que no darían "ni un paso atrás" tras conquistar cientos de kilómetros cuadrados de territorio desde principios de enero.