Los últimos días han sido complejos tanto para el gobierno, como para los trabajadores del Estado. El rechazo en la Cámara de Diputados del veto aditivo que buscaba destrabar la negociación de reajuste del sector público, aumentó las tensiones entre el Ejecutivo y los funcionarios, complejizando aún más las relaciones entre ambos actores. Sin embargo, dentro de la propia mesa del sector público la situación no es muy distinta, ya que los principales dirigentes sindicales revelaron diferencias entre sí en cuanto a las negociaciones por el reajuste salarial, específicamente respecto al guarismo propuesto por el gobierno.
La situación quedó en evidencia durante la jornada de movilizaciones de ayer, donde el presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), Raúl de La Puente, y la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, dieron muestras de sus diferentes posturas respecto a la cifra de reajuste que esperan presente el gobierno en un próximo proyecto.
Por un lado, la líder de la CUT presentó una carta dirigida a la Presidenta Michelle Bachelet, en la que -junto a otras 15 organizaciones sindicales- solicitan al gobierno una oferta "más realista" de mejora salarial, sin entregar una cifra determinada de reajuste. "Son cuatro puntos fundamentales respecto del reajuste; aumento salarial, un seguro contra IPC, aumento de cobertura y aumento de bonos (...) que es casi lo mismo que solicitamos hace dos semanas", planteó Figueroa, enfatizando en que este "no es un debate sobre guarismos, sino que sobre puntos y esperamos una respuesta concreta".
El titular de Anef fue mucho más concreto y exigió que "esperamos que el gobierno suba su oferta de reajuste de 3,2%. Los trabajadores nos merecemos un reajuste digno y la oferta de Valdés está lejos de eso".
El lunes, De la Puente ya había dicho que como mesa del sector público "aspiramos a recuperar el poder adquisitivo que perdimos en negociaciones anteriores y a que el gobierno suba su oferta de reajuste".