La FIFA está puesta a prueba por dos incidencias que ocurrieron en el partido entre Argentina y Chile, que se jugó el jueves en Buenos Aires. Una involucra al público, por excesos similares a los que le han costado a la federación nacional ocho castigos y cuantiosas multas. Sin ir más lejos, la Roja deberá recibir a Venezuela en el estadio Monumental producto de los excesos verbales de sus fanáticos en el partido ante Bolivia. Y ya está sentenciada a finalizar las Eliminatorias sin volver al Estadio Nacional, su reducto de siempre, pues los hinchas no escarmentaron y repitieron el comportamiento frente a Uruguay.
La otra ocurrió dentro de la cancha. El protagonista es Lionel Messi, el mejor futbolista del mundo y habitual depositario de los reconocimientos que entrega el organismo en virtud del rendimiento individual: ganó cuatro veces el Balón de Oro. El rosarino insultó dos veces a los jueces asistentes del partido contra Chile. Primero, en pleno partido, las emprendió contra el primer asistente, Dewson Silva. "La concha de tu madre, la concha de tu madre", le espetó después de considerar que una falta había sido mal cobrada. Y después, ya terminado el encuentro y consumada la victoria de la Albiceleste, las emprendió contra el segundo línea, Marcelo Vangasse. En la mitad de la cancha, le dijo "tomatelá, la concha de tu madre". La televisión registró el momento y las imágenes dieron vueltas por el mundo durante todo el día.
Inicialmente, el informe del árbitro Sandro Ricci no incluyó el exhabrupto. Sin embargo, Messi sigue expuesto a un enérgico castigo por parte de la FIFA.
Para que el astro del Barcelona sea castigado pueden operar varias instancias. Según explican en la Conmebol, no sólo el árbitro tiene la prerrogativa de constatar la irregularidad. "También pueden hacerlo el inspector de los árbitros, el comisario e incluso puede ser incluido en el informe de Fare Network, la ONG que supervisa el comportamiento del público y que pudo haber notado el exceso de Messi", explica un portavoz.
Es más, en Asunción, donde opera el organismo que rige al fútbol sudamericano, consideran altamente probable que Messi reciba un castigo. "Sería muy raro que, con todos los elementos que están a disposición, situaciones ostensibles no fuesen informadas", sostiene la misma fuente.
Lo que sí queda descartado de plano es una eventual denuncia por parte de la federación chilena, dado que esos organismos no suelen involucrarse con situaciones que ocurren dentro de la cancha.
En Quilín, de hecho, apuntarán sus observaciones en otro sentido. Al organismo que preside Arturo Salah le molestó profundamente el tratamiento que recibió el himno chileno. Durante su ejecución, el estadio completo lo pifió sonoramente, un comportamiento que ya constituye una irregularidad sancionable.
No fue la única. También se registraron agresiones de fanáticos locales a hinchas chilenos en las tribunas y desprolijidades en el protocolo que suelen ser inusuales entre dirigentes. Por ejemplo, la van que llevó a la delegación directiva encabezada por Arturo Salah llegó atrasada al hotel y, después, alteró su recorrido.
Hay más. En varios pasajes del encuentro, sobre todo en los que intensificaba la presión del bicampeón de América sobre el arco de Sergio Romero, desde las tribunas bajaron cánticos insultantes que contenían la palabra que más combate la FIFA a través de la ONG Fare Network, que se encarga de la supervisión de la conducta de los aficionados: "puto". "Chileno puto, la puta que te parió" y "a esos putos les tenemos que ganar", se escuchó insistentemente.
En Quilín afirman que existen registros audiovisuales que ya están en poder de la entidad que preside Gianni Infantino. "El directorio tomó cuenta de la situación y analiza qué medidas tomar", contestan formalmente desde la ANFP, sin aventurar posibles acciones.
De cualquier forma, no es indispensable que exista la denuncia chilena para que se inicie la investigación que podría comprometer la localía transandina en el recinto de River Plate. Para que se abra el eventual expediente disciplinario basta que Fare Network consigne los excesos. Lo mismo puede hacer el comisario.
Con los antecedentes en la mano, habrá que ver si en Zúrich actúan con la misma drasticidad contra una federación poderosa, más allá de sus líos actuales. Y, sobre todo, contra uno de sus jugadores favoritos. El rasero de la FIFA puesto a prueba.