El metro de San Francisco, California (EE.UU.) funciona de manera muy similar a la de Chile. Es operado por dos compañías, MUNI (sigla en inglés de transporte municipal) y BART. Ambas comparten cuatro estaciones en el centro de la ciudad: Civic Center, Powell, Montgomery y Embarcadero. Para acceder al servicio se necesita comprar un boleto en alguna de las máquinas expendedoras automáticas dispuestas en la estaciones.
El pasado viernes, una de estas empresas, MUNI, fue víctima de un ataque cibernético -todavía no se sabe por quién o quiénes- que bloqueó las máquinas, haciendo imposible adquirir un boleto, lo que obligó al sistema de trenes de la ciudad a liberar el acceso al servicio. En algunas pantallas de estas máquinas expendedoras se mostraban mensajes como "fuera de servicio", "metro gratis", "hackeado. Toda la data encriptada".
Los aparatos fueron bloqueadas por un ransomware, un tipo de malware (código informático que busca dañar un sistema) que durante los últimos años se ha vuelto muy popular por su simplicidad y gran efectividad, ya que con solo descargar un archivo que contenga un ransomware, se puede infectar un computador cambiándole los códigos de contenido del disco duro. Generalmente el malware pide una recompensa monetaria para otorgar una contraseña que permite la liberación del aparato.
"Hemos liberado la entrada como medida de precaución, para minimizar los daños del ciberataque", declaró el secretario de prensa de la municipalidad de San Francisco, Paul Rose.
Según Rose, para liberar el sistema los hackers exigieron 100 bitcoin, es decir, unos 73.000 dólares. Sin embargo, MUNI declinó hacer el pago, y finalmente el servicio fue reparado el domingo en la tarde, después de funcionar gratuitamente por tres días.
Otros casos
El hackeo al metro no es el primer caso en EE.UU. En febrero de 2016, el hospital de Los Angeles, Hollywood Presbyterian Medical Center, también fue atacado, donde los hackers tomaron el control de miles de fichas de pacientes del recito. Pero a diferencia del caso del metro, el hospital pagó los 17.000 dólares exigidos para recuperar sus archivos.
En Chile, también se vivió una situación similar. A fines de agosto circuló una fotografía por redes sociales, que mostraba una boleta de recarga de la tarjeta bip! con un mensaje contra las AFP.
Metro de Santiago negó que se haya tratado de un hackeo a su sistema. El presidente del servicio, Rodrigo Azócar, afirmó que sólo fue una intervención directa en la impresión de los voucher.b