El año pasado, la Línea 1 del Metro, la más antigua del sistema, transportó a 263 millones de pasajeros, siendo la más utilizada por los santiaguinos. Con una extensión de 27 estaciones -que van desde Las Condes hasta Lo Prado-, vive un permanente estado de congestión desde el comienzo del Transantiago en 2007, tanto en hora punta como en horario valle.

Tras las dos fallas que sufrió la red este mes, varios expertos advirtieron sobre la necesidad de mejorar el servicio en esa línea. El miércoles, el ex Presidente Ricardo Lagos fue más allá y planteó la urgencia de que se construya una vía alternativa. "Aproximadamente, el 60% de los pasajeros que transporta el Metro lo hacen en la Línea 1. Está colapsada (…). Es obvio que hay que hacer una línea paralela expresa, que tenga cuatro o cinco estaciones", afirmó el ex mandatario en el foro de Icare.

Si bien existe consenso, muchos actores difieren de la solución que la empresa debería aplicar.

En enero pasado, el ex ministro de Transportes Pedro Pablo Errázuriz presentó un programa de infraestructura para Santiago llamado Plan Maestro 2025. Ahí se proponía la construcción de dos nuevas líneas, una de las cuales, la 7, apunta a descongestionar la 1. "Ya están los estudios iniciados y son un poco lo mismo que sugirió el ex Presidente Lagos. Eso está caminando y lo importante es que el gobierno mantenga esa acción", dijo Errázuriz. El ex secretario de Estado detalló que las dos vías que actualmente se construyen simultáneamente, la 3 y la 6, le quitarán pasajeros a la 1, pero recalcó que la 7 está directamente enfocada a eso. "Junto con disminuir la carga de la Línea 1, atienden  zonas no cubiertas por Metro, como Cerro Navia o la zona oriente", agregó. Cuando presentó el plan 2015, Errázuriz aseguró que la eventual Línea 7 podría absorber hasta 20 mil pasajeros diarios de la actual Línea 1.

¿EXTENSIÓN O EXPRESA?

Para el ex presidente de Metro Raphael Bergoeing, invertir en infraestructura es urgente, pues recalcó que la empresa "ya ha hecho de todo" para mejorar la Línea 1. "Nada hace pensar que la demanda no seguirá creciendo. El diagnóstico es correcto: está a su máximo nivel de capacidad. Con nuevas líneas se puede mitigar la capacidad, pero siempre se volverá a llenar. La única perspectiva es construir una línea pensada a largo plazo, con pocas detenciones en lugares de combinación, como Los Héroes, Baquedano y Tobalaba. Algo parecido a lo que era la línea cuando llegaba sólo a Salvador, esa extensión", dijo Ber- goeing. El ex ejecutivo de la empresa agregó que esta nueva construcción debería tener una separación aproximada de 1,4 kilómetros entre cada estación.

Clemente Pérez, quien también presidió Metro entre 2007 y 2010, comentó ayer en el Canal 24 Horas que construir una vía subterránea como la ya existente, como ocurre en algunos países, no es la mejor idea. "Por lo que analizamos en su momento, tal vez la mejor opción no es que sea por debajo (…), sino que la Línea 4 siga hacia el centro, de forma paralela, hasta la Estación Cal y Canto, en forma expresa, con cuatro o cinco estaciones", dijo.

El académico de la U. Diego Portales y ex miembro del directorio de Metro Louis de Grange no es partidario de que exista una línea inmediatamente paralela o debajo de la 1. "Sólo servirá durante los períodos punta. Necesitamos una vía que descargue unos 10 mil pasajeros por hora, pues con eso la Línea 1 queda en buenas condiciones. La propuesta tiene que ser multifuncional y creo que una red que vaya por Andrés Bello o Santa María sería una buena alternativa. Otra opción sería Cristóbal Colon, Eliodoro Yáñez, Santa Isabel y que llegue hasta Maipú", comentó.

Según estimaciones de los expertos, la construcción de una nueva línea bordea los US$ 1.000 millones, tanto en una vía paralela por el norte del río Mapocho como una que sea expresa en pocas estaciones.