Shanghai, la ciudad más poblada de China, también tiene la mayor red de Metro a nivel mundial. Se trata de 588 kilómetros, cinco veces más de la extensión que posee actualmente el tren subterráneo de Santiago.
El anuncio de la construcción de una nueva Línea 7 por parte de la Presidenta Michelle Bachelet, con una inversión que asciende a US$ 2.528 millones, ha llevado a poner atención en el actual servicio de Metro. El ferrocarril tiene 103 kilómetros de vías, con cuatro líneas. A estos se suman los 37 kilómetros que están en construcción, de las nuevas líneas 3 y 6. Esta última muestra un 95% de avance e iniciará sus operaciones durante el segundo semestre de este año.
Según la empresa Metro, respecto de su extensión, la red de la capital se ubica en el 39° lugar del mundo, si se miran los servicios de otras grandes ciudades. Las líneas con una superficie similar a la chilena son la de Milán, que tiene 101 kilómetros edificados, y la de Hamburgo, que registra 104 kilómetros. Las urbes asiáticas llevan la delantera en el desarrollo de este tipo de infraestructura: Shanghai (que recién estrenó sus servicios en 1993) y Beijing, capital de China. Le siguen, en cuanto a extensión, los trenes subterráneos que fueron inaugurados hace más de un siglo, como Londres y Nueva York (ver infografía).
Las obras de la futura Línea 7 estarían terminadas en 2025, cuando completará un total de 174 kilómetros. Pero el proyecto recién comenzará su fase de ingeniería básica este semestre. La proyección de los expertos señala que en la próxima década, la extensión de los servicios en Santiago será similar a la de Hong Kong, que hoy exhibe 174,7 kilómetros.
Santiago presenta un mayor desarrollo que otras capitales de América Latina en cuanto a su red, pero por debajo de Ciudad de México, que la supera en capacidad. En Lima, Perú, la Línea 2 recién se está levantando y tiene un 16% de progreso. Debería estar funcionando en 2021. En Quito, Ecuador, su primer metro tiene un 23% de avance y debería estar operativo en 2019.
Inversión
¿Se justifica la construcción de un tren que tiene un costo de US$ 100 millones por kilómetro de vía? Louis de Grange, director de la Escuela de Ingeniería de la U. Diego Portales, señala que este medio es la "columna vertebral" del transporte en la capital. "Con esta nueva línea se eliminará la sobrecarga del sistema, por lo que ayudará a bajar la densidad máxima de seis a cinco pasajeros por metro cuadrado", dice. Por ello, afirma que es relevante adelantar la construcción de la nueva línea para sumar vías en un mediano plazo. Ello se ve complejo, se ha explicado en la estatal, pues el proyecto debe pasar por la evaluación de impacto ambiental, lo que demora el inicio de los trabajos (alrededor de un año).
Franco Basso, investigador de esta área de la UDP, señala que emplazar este tipo de vías ayuda a los desplazamientos en la ciudad, pero implicaría una inversión menor a la implementación de corredores segregados de alto estándar, "que cuestan la décima parte que el Metro y pueden operar de buena manera, siempre que exista espacio vial para ello". Agrega que también se podría poner en marcha tranvías, lo que tiene un costo de alrededor de US$ 40 millones.
El Metro sigue en expansión, pero debido los índices de empleo informal y al aumento de los pasajeros transportados, se ha producido el creciente fenómeno del comercio ambulante en trenes y estaciones, además de la presencia de cantantes. ¿Se extiende la red, pero se ha deteriorado la calidad? Rubén Alvarado, gerente general de Metro, afirma que "el servicio se construye entre todos. La mayoría de las personas tiene una buena evaluación del Metro, como un sistema de muy buena calidad y seguro".